8 - Mis Miedos

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Me despierto de mal humor al escuchar el sonido insistente  de mi reloj despertador que resuena por toda mi habitación, intensificando aún más mis ganas de matar a alguien.

Si, estoy que ni me soporto yo misma.

Tomo mi almohada lanzandola con molestia  contra mi escritorio , tirando el reloj despertador que en este descansaba, silenciandose al caer al suelo.

Pobre reloj, el no tiene la culpa.

Me envuelto en mi cobija nuevamente  sonñolienta, siendo consciente de que debo levantarme, pero mi pereza siendo más fuerte que yo misma.

Pero a los pocos minutos vuelvo a escuchar la molesta melodía de reloj despertador, que ahora suena en el piso como si nada.

¿Es que acaso este reloj es de titanio?  — Pienso malhumorada, recostandome de espaldas sobre la cama, soltando un largo suspiro de fastidio.

En serio ¿que ser despreciable inventó madrugar?

Finalmente me levanto de la cama deslizándome por las sábanas pesadamente, colocándome de pie, levantando el despertador situandolo nuevamente sobre mi escritorio.

Observo mis cabellos de loca en el espejo, pensando en que debería hacer con ellos, pero al final lo ignoro, encogiéndome  de  hombros sin muchas ganas,  ahora lo que menos tengo en la cabeza es la idea de hacerme algún peinado.

Jacob no me ha vuelto a dirigir la palabra como me prometió ni yo tampoco lo he intentado, cuando nos topamos en algún momento por el pasillo simplemente me ignora, como si de un fantasma se tratase, y sigue con su camino. No voy a negar que su indiferencia me afecta, aunque soy conciente de que yo misma fui la que la cause.

En repetidas ocasiones pensé en acercarme yo misma a el , pero al final me detuve  sin atreverme, sé que yo soy la que debe de dar el primer paso, ya que  fui la causante de toda esta situación en realidad. Dejé que mis inseguridades, y miedos tomarán parte de mi sentido común, y lo juzgue rápidamente sin siquiera pedirle una explicación, y le debo una disculpa por ello.  Pero una parte de mi la que teme que le hagan daño se niega a hacerlo y no termina de decidirse, creyendo que tal vez eso sería lo mejor.

Aunque eso no ayude con mi humor.

Busco entre el desorden de mi habitación algo decente para ponerme, tomando una camiseta sencilla y unos Jeans pescadores que tenía tiempo sin ver.

Ya se imaginarán que explosión tengo por habitación.

Frunzó ligeramente el ceño hacia la ropa, pensando en que definitivamente tengo que comprar algo de ropa nueva.

Me visto rápidamente y me hago una coleta rápida sin peinarme, para luego seguidamente bajar por las escaleras hacia la cocina donde me encuentro a Linda tarareando una canción de la radio, que al acercarme logro identificar como, Happy  de Pharrell Williams

Genial...acordé con mi humor. 
(Si eso fue sarcasmo)

Tómo asiento en el mesón malhumorada, siguiendo a Linda  con la mirada que se desplaza por la cocina animadamente, haciendo caso omiso de mi cara de amargura.

Mi padre ya debe de estar en el trabajo ,en realidad tengo algunos días que no lo veo, seguro debe de tener algún caso en la firma que consume la mayoría de su tiempo,  aunque de todas maneras si hubiera estado lo más seguro es que tan poco me lo encontraría. Puede que haya  puesto la alarma mas tarde de lo que debería.

— ¿No que ibas a dejar de tentar contra la buena fé de los profesores?

— Solo una última vez y ya.

Simplemente túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora