Camino por los amplios pasillos del instituto, observando a mi alrededor , en busca de un lugar tranquilo dónde sentarme y apartarme del bullicio de los estudiantes durante un rato.Siempre me ha gustado la soledad, me tranquiliza, considero que todos necesitamos estar solos con nosotros mismos en algún momento, aunque a veces yo lo estoy más de la cuenta, pero en realidad estoy acostumbrada a estarlo.
Me dirijo hacia la parte trasera de la institución dando de frente con la cancha de basquetbol que había detallado en mi llegada. Es grande , mucho más que en mi anterior colegio, y cuenta con unas gradas en la cual podrían entrar una buena cantidad de personas. Se encuentra completamente vacía, seguro porque la mayoría de los estudiantes están en la cafetería.
¡Bingo!
Entro rápidamente, subiendo por las gradas, tomando asiento en uno de los puestos delanteros, soltando un largo suspiro.
Por fin sola.
Procedo a sacar lo que Linda me había preparado más temprano en el desayuno, junto con mi celular y mis audífonos, colocando uno en mi oreja, ademas de un pequeño volumen de el libro Orgullo y Prejuicio de Jane Austen, que había comenzado a releer hace unos pocos días, pero no había tenido la oportunidad de terminar debido a la mudanza.
Siempre la lectura me ha parecido una buena forma de pasar el tiempo, te ayuda ha desconectarte de todo lo que te rodea, y perderte en diferentes mundos y aventuras, que desearías vivir por tu cuenta, a escapar de tu mundo, sin necesidad de salir de tu habitación, es una experiencia hermosa, que todos deberían de gozar.
Habían pasado tan solo unos minutos de soledad, mientras me perdía en las letras, y la música se escuchaba a través de mis audífonos cómodamente, cuando sentí una mirada sobre mi espalda, que me alertó de inmediato.
Volteo rápidamente exaltada, esperando recibir alguna reprimenda de algún vigilante o profesor, pero encontrandome en su lugar con una mata de cabello castaño claro, y una mirada verde intenso, muy conocida. Era "El"
— ¿Almorzando sola en la cancha?, Definitivamente tú has alcanzado un nuevo nivel de asocialidad. — comenta el amigo de Kevin, con burla, sin despegar su mirada verdosa de mi, examinandome.
Me quedo observándolo,sin hacer caso de lo que me decía, embobada, recorriendo cada una de sus facciones, minuciosamente, como si se tratara de un cuadro, del cual debo confirmar su autenticidad.
Creo que debe de ser ilegal ser tan guapo.
— Ya terminaste de examinarme? O ¿piensas seguir un rato más? — Pregunta con guasa , sacandome de mi aturdimiento.
— ¿Qué haces aquí? —Pregunto de manera brusca.
¿Pero que me pasa? parezco estúpida.
— Bueno, te vi entrar aquí y vine a hablar contigo — responde como si cualquier cosa, haciendo que lo mirará con cara de confusión.
— ¿Conmigo? — Pregunto con desconfianza señalándome a mí misma.
— Si contigo, mira sobre lo de esta mañana…
— Ah entiendo, te mando Kevin, ¿ No es así?, Pues dile que no me importa lo que tenga que decirme, si es por mi que se vaya a la mi...
— Wow, cuida esa boca — me interrumpe pareciendo divertido —¿acaso siempre estas a la defensiva?
— No estoy a la defensiva.
— Que si.
— No
— Si
_ Ugh ,no voy a discutir contigo.
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Simplemente tú
Novela JuvenilDakota a sus 17 años, después de ser abandonada por su madre a una corta edad , vive con la seguridad de que el hecho de entregar tu confianza a alguien significa dar un pase libre para que te lastimen, que confiar ciegamente no te traerá más que pe...