🖤 No fué un accidente. 🖤

81 26 8
                                    

🖤🖤

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

🖤🖤

    —Les dije que no era necesario —recuerdo con fastidio ante los cuidados de las chicas, cuyos cuidados son extremos.

   —Sí es necesario —refuta Zoey con la cuchara llena de un medicamento, pero se ve horrendo—. Ahora, abre la boca como buena niña.

   —Yo te ayudo. —Charlotte toma mi brazo y lo pellizca con gran fuerza.

   —¡Ahh! —grito. En eso, Zoey aprovecha la oportunidad para meter la cuchara dentro de mi boca.

   —¡Listo! —exclama con gran satisfacción—. ¿Lo ves? No fué tan difícil.

   —Sabe a lodo con menta —me quejo sacando la lengua.

   —Mamá dijo que era bueno para las migrañas… así que está bien.

   Las chicas me despertaron desde muy tempano para pasar el día conmigo y cuidarme. Se supone que deben de estar en la preparatoria, pero lo dejaron para venir. Claro, es una excelente excusa para no asistir a clases.

   De verdad quería aprovechar el tiempo para estar sola, descansar, dormir y organizar mis ideas. Aunque, pensándolo mejor, cada vez que me propongo a hacerlo, siempre ocurre todo lo contrario.

   —Jihán, deja de hacer berrinches —me regaña Wendy con los brazos cruzados.

   —Quiero comer —digo con una gran cara de cansancio y hambre.

   —Debes dejar que el medicamento haga efecto, y luego comerás —responde.

   —Descuida, iré rápido a casa para buscar unas revistas nuevas que llegaron, y así se te olvidará que tienes hambre —propone Charlotte y se dirige a la puerta para irse.

   —¿Revistas? Entonces, ¿para qué sirve el celular y el wifi? —responde Zoey mostrando su celular.

   —La luz de la pantalla es malo para la cabeza, inteligente —responde obvia y se va.

   Wendy busca una almohada y me la coloca detrás de la cabeza. Le hago una seña para que me deje, pero solo recibo un manotazo de su parte.

   Creo que seré de esas muñecas que se enferman y las cuidas por el resto del día.

   —¿Qué haces para divertirte aquí, Jihán? —pregunta Zoey mirando alrededor.

   —Uff, muchas cosas —respondo. Tanto tiempo encerrada por mis miedos al exterior, me enseñó a divertirme con lo que encuentro a mí alrededor—. Leo, dibujo, escucho música…

Un Corazón Roto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora