🖤 Un "casi". 🖤

30 1 7
                                    

   

🖤🖤

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

🖤🖤

     Tomo asiento sobre el taburete frente al piano, mientas Arthur busca asiento para escuchar. Es increíble que esté haciendo esto por un idiota como él, tal vez no me diga nada y me hace esto solo por gusto. Bueno, sea cualquiera la razón, amo tocar el piano, me recuerda como mi madre cantaba y tocaba para nosotros cada tarde.

    Un momento después, comienzo a tocar las teclas, haciendo que mis dedos bailen como una pareja perfecta del ballet, permitiendo que las notas inunden el corazón de ambos con su melodía, permitiéndome ser yo misma, olvidando las penas y lo horrible que es la vida transportándome en una donde pueda ser libre, totalmente libre y sin miedo a nada.

    La música no solo la expreso a través del piano, sino, inconscientemente, comienzo a tararear la canción hasta llegar al gran final.

    Bajo las manos colocándolas sobre mis piernas con una pequeña sonrisa. Luego, vuelvo la cabeza hacia Arthur, quien tiene su cabeza apoyada en su mano y me mira con una sonrisa boba, pareciera que estuviera dopado o algo así.

     —¿Y esa cara? —pregunto evitando soltar una gran carcajada.

     —¿Qué cara? —responde sin moverse de su lugar.

     —La cara de estúpido que pones cuando me ves tocar el piano.

     —Me encantas… —dice y abre mucho los ojos, alarmado—. ¡Me encanta cuando tocas! ¡Eso! No malinterpretes lo que dije.

     —Descuida.

     —¡Huele a amor! ¡Amor! ¡Amor! ¡Amor!

     Desde la conversación que tuve con las chicas ayer, sobre el amor y eso, no dejo de pensar en un “casi nosotros”. Pero no es posible, además, él mismo me dice que no malinterprete la situación, eso quiere decir, que no quiere nada conmigo.

    —Podría ser el príncipe que tanto esperabas, princesa Jihán…

     Voy a voltearle la cara a Wendy por hacerme imaginar cosas que no son.

    Narra Arthur.

     No importa cuántas veces la vea, nunca me voy a aburrir de verla tocar. Su mirada tan concentrada, sus manos delicadas tocando cada tecla, su sonrisa, su cantar, la música… Dios, es como si estuviera en el propio paraíso con una diosa tocando frente a mí.

    La canción se detiene, ella baja las manos, pero aún mantiene una hermosa sonrisa en su rostro. Tal vez, está recordando algo, pero me alegro que esos recuerdos no le causen lágrimas, me alegro y soy tremendamente feliz al saber que por fin pude cumplir con mi palabra.

    —¿Y esa cara? —pregunta sacándome de mis más bellas fantasías.

     —¿Qué cara? —respondo sin poder apartar la vista de ella.

Un Corazón Roto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora