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Estoy frente al espejo por aproximadamente cinco minutos, estática, solo viendo mi rostro y pensando. Es increíble como el tiempo pasa más lento cuando te dedicas a ver tu reflejo, el reflejo de lo que eres en tu interior.
No importa cuánto me mire, cuánto analice, cuánto piense en una solución para esto porque soy consciente de que no debo seguir así, no puedo seguir así, pero simplemente no lo consigo.
De mi interior sale un gran suspiro de frustración y comienzo a maquillar las grandes ojeras que se formaron debajo de mis ojos por las largas noches en vela, como la que pasé anoche luego de volver de la preparatoria.
Me arreglo lo mejor posible para demostrar todo lo contrario a lo que siento y trato de sonreír en el espejo para mostrarlo como accesorio que quitaré después.
—¡Buenos días! —grita Rebecca entrando en el baño—. ¡Hice otro dibujo de gato! ¿Lo quieres ver?
—Por supuesto, pequeña —respondo.
Rebeca me pasa la hoja y verdaderamente se parece a una mancha negra con ojos y una cola, pero es adorable pensar que se esforzó tanto para hacerlo, así como otros de sus dibujos.
—Es una gran obra de arte —confieso asintiendo con la cabeza—. Te felicito, bebé.
—¡Gracias! —dice para quitarme el dibujo y salir saltando con gran emoción, tal vez para mostrarle el dibujo a sus padres como suele hacer.
Me cambio de ropa y busco un poco de valentía para ir a la farmacia y comprar pastillas… Si, pude memorizar el nombre del medicamento que me mostró la psicóloga y pienso comprarlo. Por suerte, Alex me dió una tarjeta de débito para comprar mis cosas personales.
Tal vez, estoy tomando mucho riesgo cuando sé que no debo por no tener “control de mis impulsos” pero estoy cansada de esperar, cansada de ser paciente esperando un milagro que tal vez no ocurra, estoy cansada de ir de mal en peor. He esperado cuatro largos años y solo debo “esperar” a que un día lo supere, pero no ha pasado nada y no pasará ni aunque pasen mil años porque lo sé. Además, puede haber una posibilidad de tomar medicamento, dormir, y pensar con más claridad cuando despierte.
Salgo de mi habitación y salgo con el pretexto de caminar un rato por el parque y me dirijo caminando hacia la farmacia. Aunque, a mitad de camino, pensándolo bien, hay mucha personas en la calle y pueden verme comprando, llegar a los oídos de cualquier conocido y meterme en un problema mayor por no decir nada.
Tomo mi celular y busco una farmacia por internet para que traigan las pastillas por delivery. Sigue siendo arriesgado, pero no tanto si estoy pendiente del correo. De verdad agradezco toda la tecnología que existe ahora.
Iba a volver a casa, pero convierto la mentira en realidad y opto por ir al parque a caminar, y al llegar un momento después, tomo asiento sobre una banca.
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Un Corazón Roto.
DiversosTras diversos y horribles acontecimientos, Jihán quiere estar tranquila; sólo quiere sentirse en paz después de ese "suceso" del cuál nadie sabe a excepción de ella. Mientras todos piensan que ella mejora y que todo está bien, su mente le juega su...