🖤Bomba de emociones🖤

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   Desde que firmé los documentos, los días se hacen más eternos. Ya no sé qué hacer conmigo y esta intranquilidad que se ha vuelto mi condena. Han pasado dos semanas y he contado hasta los minutos para ver hasta donde resisto, pero sólo me decepciono de la persona que me he convertido.

    Ahora, cada vez que salgo, casi todas las personas voltean a verme ¡Y los muy descarados hasta me saludan como si alguna vez yo los hubiera visto en mi vida! También ocurrió en la preparatoria, cuando no era tan difícil ir al último asiento y ver por la ventana el paisaje, ahora todos quieren sentarse a mi lado y todo sólo porque saben mi apellido. Por suerte, no todos son así, los chicos me siguen hablándome con naturalidad como siempre lo han hecho, pero eso no quita el hecho de que le pregunten a Wendy sobre mí, lo que me sucedió la razón por la cuál no dije nada y demás, porque me enteré de que lo hacían.

    En fin, ya no me importa, no me importa nada, quiero desaparecer. Tengo dolores de estómago cada vez que los recuerdo, despierto cada noche con miedo y debo encender una pequeña linterna para pasar la noche, los gritos penetran cada parte de mi cabeza y causan terribles dolores; cada vez que lloro siento que un gran nudo va a salirse de lo grande que se vuele... ¿Y qué es lo peor de todo? Que lo oprimo más.

    Cada vez me siento más aprisionada con este sentimiento. Es tan doloroso tener que recordar todo los días esto que tanto añoro olvidar, es tan difícil seguir adelante con esta culpa, con ese pequeño susurro que me acusa de haberlo hecho. Mi corazón se estruja y se rompe, mis ojos están cansados de tanto llorar. Ya no puedo ni mirarme al espejo sin mirar el pasado, ver mi rostro y mis manos llenas de sangre, mi cabello enmarañado, un golpe en la mejilla y las ánimas de mis familiares en mi contra.

    Por una parte quiero gritar y llorar con todo lo que tengo diciendo lo que sucedió; pero por otro lado, mi boca se mantiene sellada y mis palabras se ahogan con la típica excusa de que lo podré superar o con la esperanza de que llegaré a ser ese alguien quién siempre soñé ser.

    ¿A quién engaño? ¿A quién busco impresionar? Todo se perdió en el olvido, no hay ninguna manera de volver al pasado ni mejorar el presente, no importa cuánto me duela. Es así.

    Mis palabras, mis ganas de seguir luchando sin ningún motivo, seguir viviendo mintiéndome a mí misma de que podré hacerlo bien. Tuve la oportunidad de hacerlo bien, pero lo perdí, perdí la oportunidad, la única que tenía en ese entonces para cambiar el rumbo de esta historia, solo debía hacer una cosa... una sola y no tuve el valor, ni la fuerza.

   —¡¿Qué es eso?! ¡Quítale las manos de encima!

    —Cálmate, Sebastián. Solo me aseguro de que tu hija sufra este momento hasta su último aliento de vida...

    Parece extraño, pero tengo más viva que nunca la imagen de ese tipo quién ni siquiera recuerdo su nombre. Solo recuerdo su rostro, su risa tan escalofriante y la manera en que hablaba. Recuerdo también a mi padre, asustado, alguien quien nunca habría creído así si no lo hubiera visto; mi padre con miedo, mi madre con la mirada perdida y muerta en vida al ver a mis hermanos sin vida... todos esos momentos carcomen mi mente cada vez que pueden.

Un Corazón Roto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora