CAPÍTULO III

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                         "Flores"
  

Aquella rosada seguía soltando muchos gruñidos. Quería demostrar al alfa que ella estaba de mal humor.

Vivir por mucho tiempo sola, sin depender de nadie, la había hecho acostumbrar a ser un alma libre.

Y el hecho que ahora ella estaba encerrada en una cueva, bajo la protección del alfa, no le agradaba.

Mientras tanto, el alfa azulado había salido en busca de un campo de flores.

Había corrido mucho, pero quería empezar el cortejo a la Omega, dándole un lindo ramo de flores.

Recordaba las palabras de su madre, cuando le habla sobre los cortejos, que siempre debía ser atento, dulce y respetuoso con la Omega que iba a cortejar.

Había decidido seguir los consejos de su madre; tal vez le ayudaría a ganarse la eterna compañía de aquella Omega.

Cuando llegó al campo de flores, vio bellas flores, pero optó por unas rosas rosadas y algunas rojas.

Las rosas rojas demostraban deseo y pasión, mientras que las rosadas solo eran signo de cortejo. Era un ramo de flores que demostraba mucho.

Con cuidado juntó las rosas para luego salir rumbo a su cueva, donde una malhumorada Omega se encontraba.

Luego de un largo recorrido, había llegado a su territorio. Antes de ir con la rosada, debía asegurarse de que ningún intruso esté en su territorio.

Con un exitoso recorrido por todo su territorio, se dio cuenta de que no había nadies, así que con seguridad, se dirigió a su cueva.

Al llegar lentamente se acercó a la Omega; con mucho cuidado dejó el ramo de rosas al frente de esta.

Aquella Omega quedó sorprendida al ver las flores; hasta ese momento de su vida, jamás le habían regalado rosas como esas.

Muchos alfas intentaron sobrepasarse con ella, con la intención de marcarla como su territorio; pero aquel azulado era diferente.

Las rosas que le había dado significan que le pedía permiso para cortejarla.

Aquel acto le pareció tierno, aunque seguía con la idea de seguir siendo una omega solicitada.

Aunque sí le daba el sí a su cortejo, ¿qué podría pasar?...

CONTINUARÁ

SONAMY : LOBOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora