EPÍLOGO

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El tiempo había pasado relativamente rápido; sus cachorros habían crecido demasiado. Ya no eran aquellos pequeños que dependían de ella.

Ya eran lobos jóvenes, quienes salían a cazar junto a su padre alfa. Podía verlos jugando con aquel azulado; ambos trataban de tumbar al mayor, pero este al ser grande y pesado no lo lograban.

Ella los observaba desde la cueva; estaba descansando. Su actual estado exigía que descansara más.

Estaba esperando su segunda camada de cachorros. Con un vientre algo abultado mostraba su estado.

Sabía que el alfa quería una manada y ella estaba feliz de ayudarle a cumplir ese sueño. Su lobo interior se alegraba al saber que esperaba cachorros de su alfa, fruto de su mutuo amor.

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El otoño se acercaba con ellos el bosque de pinto de tonalidades naranjas, amarillas y rojos, dando una hermosa vista. Eso solo significaba que el momento de prepararse para el invierno se acercaba.

Aun así, el lobo macho le había comentado que tal vez era momento de visitar la manada de sus padres, darle oportunidad a ella de conocer a los padres de él y que ellos conozcan a sus nietos.

Su vientre no era tan grande por lo que podría seguirles el camino; por lo que sabía, la manada de los padres del alfa no estaba tan lejos.

Al día siguiente su travesía empezó siendo dirigida por el alfa mayor, siendo seguido por la omega rosada junto a sus lobos, quienes seguían a una mariposa jugueteando... En el transcurso de su camino, habían pasado por el lugar donde empezó todo. Aquel lugar que fue testigo por todo lo que pasaron los 2 para lograr estar juntos ahora...

Se acercó al alfa mayor para frotarse contra su pelaje, este lugar le traía recuerdos nostalgicos. El alfa dio un gruñido al ver cómo sus lobos se alejaban siguiendo algunos conejos. Al oír la voz del alfa corrieron hasta ellos para seguirlos por detrás.

A paso tranquilo habían atravesado el bosque; llegando al límite de un río, podía ver la corriente fuerte que traía el río. El alfa azulado agarró con los colmillos a uno de sus cachorros para cruzar el río, siendo seguido por su pareja con otro cachorro sujetado por sus colmillos también.

Lograron cruzar el río con normalidad; al llegar al otro lado soltaron a los lobos para seguir su ruta. Estaban en la base de una montaña. El lugar se le hacía conocido al azulado. Soltó un fuerte aullido hacia el cielo tratando de comunicarse con alguien.

Nadie respondió, solo se podía escuchar el canto de los pájaros. Siguieron subiendo la montaña; sus cachorros corrieron con energía hacia la cima, siguiendo algunos grillos que habían en la hierba. Habían corrido tanto que habían dejado a sus padres atrás. Sabían que ellos debían ir despacio por el estado de su madre, pero habían muchos grillos. Ellos querían atrapar a todos ellos.

Estaban a punto de atrapar algunos de ellos, hasta que escucharon algunas ramas romperse seguido de unos fuertes aullidos. Esto asustó a los 2 lobeznos que salieron corriendo en dirección a sus padres para esconderse detrás de ellos.

SONAMY : LOBOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora