Esa noche, a las 7 en punto, sonó el timbre de mi casa, yo bajé un poco por la escalera para espiar, pero sin que mi mamá me vea a mí y a mi vestimenta.
Cuando ella abrió la puerta había un muy guapo Noah, con un ramo de flores en la mano, vestido con una camisa suelta y un jean que le quedaban genial, por lo que me ruboricé sin poder evitarlo.
—¿Noah? ¿Qué haces aquí? —dice confundida mi mamá centrando su mirada en el ramo de flores.
—Buenas tardes señora Hall, quería pedir su permiso para invitar a Emma a cenar, ella ya aceptó por lo que supuse que el siguiente paso correcto sería hablar con usted —dice en su tono más educado y encantador.
Mi mamá no puede evitar que una sonrisa se forme en sus labios.
—Oh Noah, ya te dije que puedes llamarme Amelia, no señora Hall —dice encantada, luego pude ver conflicto en su mirada— verás... Emma se metió en problemas, nada tan grave por supuesto —dice no queriendo arruinar mi reputación... si supiera...— por lo que decidimos que no podría salir por un buen tiempo a ningún lado —dice dudosa, mirando hacia otro lado.
Noah puso su mejor cara de tristeza y perrito mojado, hasta a mí me dio pena.
—Oh... entiendo señor... Amelia, ¿no hay nada que pueda hacer? ¿aunque prometa traerla a casa temprano y decirle a dónde vamos? —dice con un tono conciliador, ella se ve incluso más dudosa.
Wow, el chico es bueno.
—Bueno... ella igual debe comer —dice intentando justificar su decisión para luego explicarle a mi padre— así que claro, ¿por qué no?, si ya estás vestido y todo, ¿tus padres te prestaron el auto? —dice sin poder evitar emocionarse.
—Así es, confían en mí —dice encogiéndose de hombros con su mejor sonrisa de chico bueno.
—Claro que lo hacen —dice sonriéndole— bueno voy a decirle a Emma que se prepar...
—¡Ya estoy lista!, hola Noah, ¿nos vamos? —digo yendo disparada hacia la puerta por temor a que cambie de opinión, ella me dedica una mirada de desaprobación y yo huyo, Noah se despide educadamente y luego nos subimos al auto.
Parecía que tenía la intención de abrirme la puerta, pero antes de darle tiempo a nada la abrí y me subí, él se sentó en el asiento del conductor y me entregó las flores.
—Gracias —digo suavemente mientras me sonrojo.
Él me sonríe y arranca el auto.
Estaba pensando en agradecerle por sacarme de mi casa, pero en realidad él lo hizo para salir conmigo, no porque le interese mi libertad, así que me trague el comentario de agradecimiento.
—¿Vas seguido a Denny's? —pregunto mientras miro por la ventana.
—Si, bastante, mi hermano mayor trabaja en la administración del lugar, por lo que me suele conseguir tiempo extra gratis en las mesas de pool o en el bowling —dice presumiendo sus contactos, yo le sonrío.
—Eso es genial, que lastima que no puedo hacer ninguno de esos ahora —digo mirando algo molesta mi yeso.
—No te preocupes, la próxima vez que vayamos podemos jugar todo el tiempo que quieras —dice con confianza, yo levanto una ceja.
—¿La próxima vez? —pregunto divertida, él me muestra una media sonrisa mientras asiente, con los ojos en la carretera— todavía no sabes si te agrado, capaz que como cómo un chancho o soy totalmente maleducada —digo desafiándolo.
—Te conozco más de lo que piensas pequeña Hall —dice con una radiante sonrisa que provoca que se me ponga la piel de gallina.
—Llámame Emma, siempre que me llamas pequeña Hall pienso en mi hermano —digo disgustada, él se ríe divertido por mi molestia.
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Carreras Ilegales
Teen Fiction¿Algo que me encante? La velocidad. Si quieren saber algo de mi debe ser mi amor a la adrenalina y mi tímida personalidad en prácticamente todas las situaciones, cuando atacan a alguien que quiero mi timidez desaparece y deja paso al enojo. Tuve que...