—No podrás venir nunca más, Tom ya descubrió que eres una chica y no te dejará correr —dice con una sonrisa de superioridad mi primo, pensando que me ganó la pelea, yo hago que mis manos se conviertan en pequeños pero poderosos puños.
—Pues... si ella conoce los riesgos... y quiere seguir corriendo y ganándole a los chicos... le dará más fama a este lugar y eso significa más dinero para mí —sonríe satisfecho Tom y mi primo lo mira pálido— ¿Qué? Es buena —dice Tom en su defensa, Amber y yo nos miramos totalmente confundidas y desorientadas por el cambio de pensamiento de Tom... hace cinco minutos quería matarme por correr en contra de sus reglas y ahora quiere que venga seguido... tal vez está loquito.
—Es más que buena, pero si los demás descubren que una chica les gana en las carreras ella no durará viva y mucho menos virgen —dice negando con su cabeza Amber, mi primo si antes estaba pálido ahora está totalmente blanco.
—Sólo no debemos dejar que la descubran —dice tranquilo Tom
—Hey ¿y quién te dijo a ti que yo soy virgen? —pregunto a Amber cruzando los brazos, ella me mira con cara de "¿en serio?" Y yo me ruborizo.
—Dejando de lado el hecho de que tu primo se puso pálido por el simple hecho de mencionar que alguien te tocará por lo que no creo que deje que alguien se te acerque..., te ruborizaste sólo por cruzar dos palabras con mi hermano —dice Amber divertida, abro la boca ofendida y luego la cierro cuando veo que no puedo decir nada en mi defensa... luego vuelvo a mi escondite detrás de mí primo, los tres idiotas (mi primo, Tom y Amber) ríen de mí acto y yo les saco la lengua infantilmente.Amber me agarra la mano con ternura inspirándome seguridad y en ese instante siento un presentimiento extraño sobre ella, es como si fuera malo y bueno a la vez, tal vez significa que dependiendo de la situación puedo o no confiar y contar con ella... o tal vez lo estoy analizando de más.
Unas sirenas se escuchan a lo lejos y mi primo por instinto me agarra del brazo y me pone detrás de él, mi cara de pánico alerta a todos, Amber y Tom desaparecen en un parpadeo y mi primo me lleva a rastras hasta donde están nuestras motos.
—¡Sígueme rápido! Y no te quedes atrás —yo asiento en su dirección y acelero, doblamos por varias calles a una velocidad demasiado alta hasta que, de alguna forma terminamos en mi casa, no me pregunten como llegué porque me mareé en la segunda curva en la que doblamos.
Al llegar a mi casa ambos bajamos de nuestras respectivas motos, mi primo se acerca para saludarme y yo le doy una fuerte cachetada
—Eso, es por evitarme los últimos tres meses —él hace una mueca y yo vuelvo a pegarle una cachetada— y eso por meterte en carreras ilegales en las cuales puedes morir —él vuelve a hacer una mueca y yo me cruzo de brazos.
—¿Qué te llevó a buscarme? —pregunta sintiéndose algo culpable
—Tuve un muy mal presentimiento... cuando te busqué me di cuenta de que el chico que estaba a tu lado en la carrera no planeaba ser muy amigable contigo —él asiente con comprensión, y si, él sabe de mis presentimientos y confía plenamente en ellos, porque evidentemente desde pequeña siempre tenía razón en cuanto a las personas o ciertos hechos.
Luego de las dos cachetadas y un regaño de mi parte soy consciente de lo mucho que extrañé a mi primo en estos tres meses, por lo tanto me lanzo a sus brazos y lo abrazo con todas mis fuerzas él simplemente sonríe y me devuelve el abrazo.En cuanto dejo todas las cosas de mi hermano en su lugar y agradezco a Dios que no rompí su moto, al estar tranquila puedo ver que tiene muchos rayones y se ve algo golpeada... ignoro eso y voy a acostarme a mi muy cómoda cama. Al instante unos hermosos ojos verdes invaden mi pensamiento y duermo pensando en ellos.
Al día siguiente me despierto de muy buen humor, desayuno, abrazo a mi mamá y canto un poco (mal, por supuesto).
Me apresuro para ir al instituto, ya que quiero interrogar a mi primo, ahora que nos hablamos de nuevo pienso hablar el doble para compensar.
Cuando llega la hora del almuerzo voy y lo agarro del brazo, lo cual lo desconcierta y hace que los demás lo miren raro.
—Lo siento, pero quiero hablar contigo —le digo mientras los llevo a una mesa aparte.
—¿Qué ocurre? —pregunta algo preocupado
—Nada, quiero hablar de las carreras —digo restándole importancia, pero él abre grandes los ojos.
—No podemos hablar de eso aquí, ¿no puedes esperar a que salgamos del instituto? —pregunta en un susurro.
No —respondo simplemente con una sonrisa, a lo que él suelta un bufido— cuéntame todo, desde la primera vez que fuiste, ¿qué pasó? ¿ganaste?
Si, gané, fue increíble, ahí estaban todos estos chicos intimidantes y con experiencia y voy yo y les gano, por supuesto que volví muchas veces más, pero rara vez volví a tener suerte, ese chico Liam, que da un tremendo miedo, es el mejor, por lejos, pero no siempre compite, dicen que antes había un chico que era muy amigo de él, el cual era muy bueno también, ganaban una y una por lo general, pero luego se pelearon y desapareció, posiblemente por miedo a que Liam le haga algo —bueno... no me costó tanto que se emocione hablando y me empiece a contar todo, yo analizo y memorizo cada palabra y expresión que hace, sintiéndome incluso más emocionada que él.
—Y ¿De dónde es ese chico Liam? —pregunto intrigada
—Nadie lo sabe, literal lo único que se sabe de él es que da miedo y que todas las chicas intentan ligar con él... maldito suertudo —dice con envidia, yo solo río.
—Es realmente guapo —digo asintiendo, para dar razón a todas las chicas que quieren estar con él.
—Ni siquiera lo intentes, parece ser de los que traen más problemas que otra cosa —dice molesto.
—No pensaba hacerlo, la verdad es que me da miedo y sabes que me gusta evitar los problemas... —dije muy en serio.
—Pensé que sabía eso de ti, pero luego de que apareciste anoche y ganaste la carrera ya no estoy tan seguro, de verdad que es peligroso —dice intentando hacerme ver su preocupación.
—Te juro que actué por instinto y luego me enojé porque me quisiste prohibir volver, pero no volveré a correr ni loca, si bien me gusta la velocidad también me gusta vivir —explico en mi defensa, si bien me concentré en lo divertido de la carrera y en haber ganado dinero, si me ponía a pensar en el lado terrorífico posiblemente hubiera llorado toda la noche, esos chicos de verdad intentaban que me rompa la cabeza contra el pavimento para poder ganar ellos el dinero. Mi primo asiente satisfecho— pero eso no cambia el hecho de que quiero acompañarte, me quedaré con Amber cuando ella no se suba a ninguna moto ya que yo no planeo subirme a ninguna tampoco —mi primo piensa por instante y luego responde
—Esta bien, puedes acompañarme en el próximo —por fin, se rinde.
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Carreras Ilegales
Novela Juvenil¿Algo que me encante? La velocidad. Si quieren saber algo de mi debe ser mi amor a la adrenalina y mi tímida personalidad en prácticamente todas las situaciones, cuando atacan a alguien que quiero mi timidez desaparece y deja paso al enojo. Tuve que...