Las voces de mi cabeza©

Capítulo 15

Sprout estaba completamente en silencio, mientras caminaba al lado de la poni, quien con ayuda de la magia, abrió las puertas. Sprout avanzó con un poco de pena, y al sentir que la poni no lo seguía este se dio la vuelta y anotaba en cosas de enfermera.

—Muy bien lindo. — Escribía. — Ya estás registrado, así que podrás visitarlo solo los lunes, miércoles y jueves.

— Muchas gracias.

— Se lo haces saber a sus amigos, así podéis hacer una visita.

— Está bien, ahora. ¿Cuanto tiempo tengo?.

— Son dos horas en cada visita, así que los dejo tranquilos.

Sprout solo observó como la poni se marchaba, respiró profundo y con total seguridad avanzó hasta la cama en la que se encontraba Hitch. El cual estaba dormido. Pero un bello florero llamo así atención. Se acercó por curiosidad, estaba lleno de claveles de color rojo, unas orquídeas blancas y dos lirios, luego observó una pequeña nota, está por leerla, pero fueron los quejidos de su amigo los cuales prestaron su atención. Y sin importarle tanto, colocó nuevamente la nota en la mesa al lado de las flores y una suave brisa tiro la nota por debajo de la cama.

— Hola grandote. — Hablo Sprout, colocándose al lado derecho de Hitch. — ¿Como te sientes?.

— Me siento como el tomate en la esquina del refrigerador. — Bromeo hitch.

— ¿Qué tal la operación?. — acomodando la melena de Hitch.

— No lo sé la verdad. Pero los catorce litros de sangre que tuvieron que sacarme para ver qué tengo una apuñalada. Eso fue bastante divertido.

—Deja de quejarte. Sabes por qué lo hacen. — dándole un clavel del florero. — Ahora solo trata de dormir un poco.

— Me gustan los claveles. — tomando la flor. — ¿Quien te lo dijo?.

— Suerte, supongo. — dijo nervioso, sabiendo que el no había traído el florero.

— ¿Dónde están las chicas?.

— Estuvimos mucho tiempo esperando. Y la enfermera sólo dejó pasar a uno, Sunny está esperando en la sala de espera.

— Entiendo. — Mirando a Sprout. — Al menos estoy feliz por qué uno de mis amigos está conmigo.

— ¿Enserio?. — sonrió coqueto Sprout. — ¿Acaso esperabas a alguien más?.

— Si. — sonrió Hitch. — A tu mamá.

— Ridículo. — respondió Sprout.

— Jejeje. — riendo como Cardi B.

— Hitch...

— Sprout quiero hablar de algo importante. — Interrumpió Hitch.

— Claro. — contesto Sprout.

El poni de melena rubia se sorprendió ante la forma en que su amigo le había interrumpido. Sabía perfectamente, cuando Hitch usaba su voz sería. No eran buenas noticias, así que solo se relajó y mientras esperaba las palabras de su amigo, intentaba relajarse mentalmente.

— Sprout, ¿sabes perfectamente lo importante que es mi trabajo verdad?.

— Si, supongo. — confundido.

— Me alegra que entiendas, oh lo intentas.— mirando a Sprout. —Así que sabrás perfectamente, la razón, por la cual no puedo aceptar tus sentimientos.

— ¿Qué?.

Respondió Sprout. Sin siquiera pensar, fue una respuesta que le salió sin más , por aquellas palabras de su amigo, que le miraba de manera sería. Sprout estaba completamente dolido de alguna manera, ya que en un principio llegó a sentir sentimientos por su amigo, pero todas esas indirectas que le había lanzado nunca las correspondió incluso dejo de intentar, así que solo decidió rendirse. Por qué sabía que nunca lograría decirle lo mucho que lo amaba. Pero es hasta ahora, que su amigo le revela la verdad.

— ¿Sprout?. — intentando buscar su mirada. — ¿Entendiste lo que te dije?.

— ¿Desde cuando lo sabías?.

— ¿Sabía que cosa?. — preguntó Hitch.

Pero no hubo respuesta alguna, Hitch estaba entrando en una pequeña desesperación, por qué Sprout seguía sin hablar sin siquiera verlo.

— ¿Desde.....? — tomando una orquídea del florero. — ¿Desde cuando lo sabías?. ¿Cuando supiste que me gustabas?.

— Desde que me diste esa flor. — mirando la orquídea que estaba en la mano de Sprout. — Esa flor en mi cumpleaños.

— Pensé que no lo habías pillado. — mirando la flor.

— Recuerdo que llegaste diciendo que no tenías dinero para comprar un regalo, cosa que no me importo. — un poco incómodo. — Luego que se fueron, intenté limpiar y las orquídeas estaban en la cocina, con una tarjeta.

— ¿Recuerdas lo que decía?.

— Espero que algún día me des una oportunidad y ser algo más que una mano derecha. — respondió Hitch.

— ¿Por qué nunca dijiste nada?.

— No quería lastimarte, se muy bien como es tu temperamento.

— Entiendo. — mirando fijamente a Hitch. — Esa fue la razón.... — intentando no quebrarse. — Por la cual dejaste de hablarme.

— ¡Claro que no!. — dijo rápido Hitch, pero al intentar levantarse de la cama, la herida le dolió. — Eso no es cierto.

— Hitch. Si yo te digo que dejaste de hablarme, es por qué lo hiciste. — quitándole los pétalos a la flor. — Ahora entiendo mucho tu actitud, por qué nunca me dejaste una responsabilidad al lado tuyo, ahora entiendo por qué nunca volvió a patrullar contigo.

— Sprout deja de exagerar tanto.

— ¿Te dio vergüenza verdad?.

— ¿Qué?.

— Te dio vergüenza, que te vieran con alguien como yo.... ¿verdad?. — Preguntó nuevamente Sprout.

— Sprout. — intentaba buscar una respuesta. — Esa no es la verdad. Escucha.

— Está bien. — interrumpió el poni de melena amarilla. — Dime la verdad.

— Sabes que todos dependen de mí. Tengo que ser un ejemplo para todos. Y después de lo que ocurrió con tu casi conquista a los vecinos ponis. ¿Qué dirían si vieran al poni que les brinda su seguridad, con un criminal?.

— Tienes razón. — respondió Sprout. — Criminal.

— Perdón. No lo quise decir de esa manera.

— Está bien. Siempre quise saber cuál era tu visión sobre mí. — mirando a Hitch.

— Sprout. — colocando uno de sus cascos en el hombro de Sprout.

— Espero tengas una buena noche.

Habló Sprout levantándose de la cama de Hitch, caminando hasta la puerta.

— Le diré a las chicas que días son las de tu visitas. — sin voltearlo a ver. — Descansa Hitch.

— ¡Sprout!. — grito Hitch. — ¡Espera!.

Sprout decidió no escucharlo. Y simplemente se marchó de aquel lugar, escuchando los gritos de Hitch a lo lejos, intentando controlar las ganas de llorar, así no asustar a las enfermeras y los pocos ponis que habían por el lugar, y al momento de salir del hospital solo comenzó a correr en línea recta. Esperando no encontrarse a nadie conocido por ahora.