Capítulo 17

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°La madrugada será larga

Lo que había comenzado como una siesta. Termino en un sueño de unas muchas horas. Sprout estaba confundido. Se había dormido a las siete. Y ahora eran las. Dos de la madrugada.

La lámpara de su mesa de noche aún estaba encendida. Estaba claro que nadie lo había venido a ver durante mucho tiempo. Su estómago comenzó a hacer sonidos, esa fue la razón por la que termino despertándose. Su cuerpo pedía comida.

—¿Qué podré comer?.

Se preguntó, mientras su mirada se mantenía fija en su techo, admirando aquellas pegatinas de estrellas fluorescente, contacto unas cuantas mientras mencionaba en orden también los planetas. Pero nuevamente su estómago comenzó a gruñir. ~Grrrrrr~

Y sin provocar mucho ruido, comenzó su caminata hasta la cocina, evitando por completo no tirar nada, estaría condenado si por accidente, tirará una de las muchas vasijas que su madre coleccionaba. Y con una lámpara de construcciones, avanzaba por aquellos oscuros pasillos. Pero fue el ruido fuerte proveniente de una habitación en específico. Qué termino con el alma en su mano. Algo estaba en la cocina, aún cuando lo primero que pensó fue un fantasma, pero al escuchar los pasos de alguien caminando dentro, supuso que estaba con vida. Por qué los fantasmas no caminan, flotan. Y con valentía, y un libro de una estantería se adentro a la cocina.

— ¡Quieto!.

Grito con furia. Esperando que con su grito asustaría a lo que estaría dentro, pero lo único que recibió fue una extraña mirada, seguido de una risa.

— ¿Hitch?. — molesto. — ¡Maldición!. ¡Casi me muero del susto!, ¿Qué haces aquí?. — confundido.

— Perdón. Me dio un poco de hambre, no puede evitar buscar algo de comer.

— ¿Cómo entraste?.

— Fue tu madre.

Y como una invocación. La poni se hizo presente, traía consigo dos maletas junto a un bolso a su costado.

— Espérame un poco más. Se me olvidó algo en mi habitación.

— ¿Subo sus maletas mientras busca lo que se le olvidó?.

— Eres un encanto. — riendo.

— ¿Qué está pasando?. Mamá, ¿Adónde vas?.

— Es investigación. La reina  me ha invitado a su castillo, sus ingenieros tienen ideas muy extravagantes. Así que iré a ayudar.

— Entiendo. — contesto Sprout.

— Si se tarda más tiempo perderá el globo. Su vuelo sale a las 3:30.

— ¡Sí!.

Y sin perder más tiempo, está dejo la cocina. Dejando a dos ponis en un silencio completamente incómodo. Hitch solo se acercó a las maletas de la madre de Sprout, y con un poco de dificultad este las llevo al carruaje afuera de aquella mansión. Mientras que el poni de melena roja, se mantenía en la cocina, preparándose un bocadillo y así poder regresar nuevamente a su cama, pero cada vez que el poni amarillo entraba, este lo petrificaba, sentía una vibra muy extraña. Pareciendo que estaba molesto y en cualquier momento este remetería con el, pero lo único que hacia era mantener silencio, mirando la sarten con su sándwich  de queso cocinándose. 

Quería hablar con el, pero sabia que si intentaba hablar con el. No solo recibirá un regaño, si no que también un sermón, de como su comportamiento lo llevara a malas decisiones en la vida. 

— Parece que ya no hay nadie. 

Dijo Sprout. Mirando con el rabillo del ojo. Efectivamente estaba completamente solo, podía respirar de manera mas tranquila. Dando un fuerte respiro, llenando de aire sus pulmones, pudo liberarlo, junto a una sonrisa de oreja a oreja, por que significaba que ahora estaría solo mínimo una semana, dos, si no se le ocurre lanzar un comentario racista hacia las otras razas de ponis. Lo cual dudaría que pasara, aun cuando su madre siempre están correcta. Aun que ella no quiere, su lado de siquiatra estará con ella, haciendo preguntas muy incomodas. Oh como ella suelo llamarlo. Un extraño, es una nueva forma de manipulación. 

Las voces de mi cabeza©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora