Capitulo 16

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°^Acepto. Me gustan los hombres.°^

La mayoría esperaría que todo se resolviera con el tiempo, que dejar que las cosas avancen sin hacer nada. Podrían de alguna forma. Solucionarse. Pero las cosas no son así de fácil. Oh así lo sentía un poni de melena rubia, desde que su amigo dejo de hablarle por completo, sin contestar las llamadas, mensajes y sobre todo. Mandar a su madre para decirle que no quería visitas. 

— Creo que esta vez si lo arruine. — hablo hitch. — ¿Qué me recomiendas hacer?.

Le pregunto a la unicornio que se encontraba enfrente de el, y con una mirada pensante trataba de darle una respuesta concreta, oh simple, unas palabras de aliento. Pero lo que recibió no le ayudo.

— ¿Por no lo invitas a tu casa?. Podría funcionar, incluso podrían jugar algún juego.

— No quiere ni verme, ¿Cómo podría pedirle algo así?.

— Su casa tiene ventanas.

— ¿Es una broma verdad?

Miraba con seriedad a la unicornio. Quien solo sonreía de la pena, pero lo único que hizo Hitch fue suspirar. No quería lastimar de alguna forma a Sprout. Ni siquiera sabia que su amigo tenia esas intenciones, pero ahora entiende todos esos comentarios que alguna vez tomo como extraños. Tal vez era un idiota por no notar nunca las intenciones del otro. Oh simplemente era un estúpido por no aceptar, que entendía aquellos comentarios. Pero no todo era tristeza, por que del otro lado, en una mansión muy lujosa, se encontraba en su habitación el emisor de las penumbras de Hitch. Por que desde el beso, Sprout estaba en la cima del mundo. ¡Se sentía como si fuera un pegaso caminando sobre las nubes! ¡Estaba tan feliz como un unicornio que acababa de abolir una fábrica de mayonesa! Desde ese día una sonrisa no había desaparecido, siempre había sido su sueño probar los delicados labios del poni rubio, incluso su madre supo que su hijo estaba mas feliz, por que desde ese día hacia menos pucheros, y ni siquiera le importó que todos los ponis de la ciudad aún lo odiaran por el "incidente del faro" . Su mente estaba demasiado ocupada con la repetición de esa maravillosa experiencia de unos días antes, el momento en que Hitch acepto el beso de Sprout por un segundo... Todo su mundo se dio la vuelta. Pero esos momentos en los que pensaba en Hitch, en su mente venían imágenes de Thunder, sabia que en algún momento se iba a enterar, oh por el mismo, oh. Algún poni que lo odiara. Se sentía realmente mal, pero fue interrumpido. Su madre entró en la habitación para ver cómo estaba. Por que aun era su hijo, y tenia que preocuparse por el, aun cuando este no quisiera hablar con nadie.

— ¿Te sientes bien? Me avisarás si necesitas algo, ¿verdad, cariño?.

— Claro que si mamá. — Contesto Sprout, ocultando un poco de su culpa con una sonrisa.

— Cariño. Sabes que puedes confiar conmigo, si tienes algo que te molesta, puedes decírmelo. De todas formas soy tu madre y tus problemas me los llevare a la tumba si es necesario.

— Se que tienes tu grabadora en tu cabello.

La madre en un disimulo tiro debajo aquella grabadora, ocultando el hecho que de verdad la tenia escondida. Sprout solo se lleno con molestia, por que aun podía ver por el espejo que tenia en la entrada, que ni siquiera la había apagado, solo la coloco en el suelo. Sprout solo guardo su molestia en un suspiro y serio miro a su madre.

— Mami. Cuando dejes de hacer libros de mis problemas. Sera el día en que yo pueda confiar en ti. Así que por ahora, lo discutiré con mi amigo.

— Cariño, yo no haría nada de eso.

— Entonces por que no me explicas de donde salieron estos libros. — Tomando tres libros de su estantería.— "¿Como identificar si tu hijo provocara una guerra?" "Tengo que interferir si mi hijo se hizo un dictador"— dejando el libro de color rojo y ahora leyendo el azul. —  "¿Soy la culpable de que mi hijo le gusten los machos?." Y ahora mi favorito. "Encontré pornografía homo en el teléfono de mi hijo. ¿Debería hablar con el?"

— Solo son títulos llamativos. Su contenido no refleja tu vida.

— ¡A si.! Leamos un poco del libro mas vendido, ósea el ultimo. — Abriendo unas paginas que ya tenia marcadas, por que algún día tenia pensando en tener una explicación de por que lo había hecho. Y sobre todo exponerlo de esta forma. — ¡Mira!. Párrafo tres, pagina 145.

"Encontré pornografía homo en el teléfono de mi hijo.

 ¿Debería hablar con el?"

Pag. 145

Ese momento fue muy extraño. No entendía por que mi hijo se despertaba tan tarde. Aun cuando no trabaja, por que nadie quiere verlo en el pueblo. Yo. Una madre soltera y en busca de pretendiente, no puede liderar sola, necesito ayuda con mi hijo que casi se convierte en el dictador en potencia numero uno de la actualidad. Pensé que como madre hacia lo correcto, dejándolo en su espacio, pero creo que eso lo único que provoco, fuera que aprendiera cosas de adultos. Algún degenerado, oh posiblemente el mismo degenerado le compro revistas, pero esa no era una teoría. Hitch era un buen líder. No lo veo de esa manera, un poni en busca de culos de jóvenes, pero entendí que esa no era la respuesta, y con mi brillante habilidad en la tecnología y el curso de cinco horas de internet logre quitarle la contraseña del teléfono de mi hijo. Revise cada mensaje, nada, revise su galería, ESTUVO MUY INTENSA. Con la mayoría de el, fotos posando enfrente del espejo de su baño muy provocativas, incluso había un video de el bailando en la ducha. Como si fuera de esos ponis que bailan en los tubos pero mas amater. Pero lo mas escandaloso fue ver que también había un video de un pegaso. No se si lo conozco, pero se que alguna vez lo había visto, y el día que lo encuentre le pondré una orden de alejamiento. Seguro fue el, quien pervirtió a mi pequeña remolacha. Con imágenes sucias, videos escandalosos de ponis teniendo sexo. Pero sobre todo, aun no se si mi hijo sea gay, espero que que el un día termine en contarle la verdad. Espero que mi hijo no sea gay.

Sprout termino su lectura, la mirada de su madre estaba mirando hacia otro lado. No sabia que hacer, oh responder. Sabia que su hijo no era estúpido, pero como convencerlo que no se había inspirado en el. Aun tenia las imágenes de su hijo en su cabeza.

— Cariño. El libro trata de otro poni y el medio el permiso. Soy una psicóloga. Muchos sufren de lo mismo.

— Bueno. Espero que el tal. Sprit que sale en tu libro. Se haya llevado la mitad de lo que ganaste vendiendo los libros.

— Claro que si. Ahora se encuentra mejor. — Evitando la mirada de su hijo. — Espero.

— Mamá. Tu nombre esta en el libro, en la contraportada pones que esta es una historia verdadera. Anécdotas de su autora.

— ¡Wow!. Nunca había visto que tus ventanas fueran así de grandes.

— ¡MAMI! — grito sprout. — Podrías dejarme solo.

— Bueno. Por lo que acabas de leer. Supongo que entenderás por que ahora me da miedo dejarte solo.

— Si te digo. ¿Me dejaras estar solo cuando lo pida?.

— Si. Así poder configurar mis dotes de madre, imaginate que termines en internet. 

— No terminare en internet. Por que el mismo día que mande el video del baile, también iba con un virus, si detectaba que lo subiría oh enviara a alguien. Su teléfono quedaría inservible.

— Así me gusta. Mi hijo siempre caminando dos pasos hacia el futuro.

— Muy bien. — Incomodo. — Mamá. Me gustan los machos.

— Tranquilo hijo. — abrazando a su hijo. — Acepto que seas un raro  y apoyare de lejos cada cosa. Incluso puedo ayudarte a buscar uno. ¿Qué te gustan?. Grandes, delgados, musculosos. Pegasos, oh unicornios.  ¿Te interesa que sea millonario?.

— Tranquila. Ahora quiero que salgas de mi cuarto por favor.

— Pero hijo. Imagina que haga una fiesta gay. Si no te diviertes con ponis bailando, no se que te alegraría. 

— ¡Mamá!.

Grito Sprout completamente avergonzado. Su madre acaba de saber sus gustos y ya comenzó con la idea de emparejarlo. Sin duda la mejor cosa que pudo haber hecho, fue lo que tenia pensado desde que puso un pie en su habitación. Sacarla de inmediato.











Las voces de mi cabeza©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora