Epílogo

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7 años después...

–Como te comenté, la producción de la siguiente temporada ya está programada para ser terminada el siguiente mes. No hay de qué preocuparse, todo saldrá como lo planeado... –iba comentando por teléfono con aquella peculiar voz masculina, levemente más gruesa que antes, mientras caminaba por la calle.

Suéter de cuello alto tipo Jersey entallado color negro, reloj en su muñeca izquierda, pantalón de gabardina levemente ajustado color negro y unos zapatos oscuros impecables. Vestimenta que resaltaba perfectamente diversos atributos del hombre que la portaba.

–Así es, de acuerdo al plan, los anuncios comenzarán a circular dentro de dos días en todos los canales. El departamento de marketing ya trabajó en ello.

–Claro. Nos vemos. –colgó.

Matthew se detuvo en la esquina de la calle esperando a que el semáforo peatonal se colocara en verde para poder cruzar. Guardó su teléfono en su bolsillo para luego colocarse las gafas de sol que sostenía en su mano. Al posicionar su mirada al frente, rápidamente su atención se centró en un chico en particular.

Converse color negro tipo bota, jeans levemente holgados y rasgados, playera blanca cubierta con una gran chamarra color negro, un pequeño collar colgando de su cuello, una mediamente larga melena cubierta con un gorro y una guitarra colgando en su hombro derecho.

Matthew se quitó las gafas para verlo mejor. "¿Es...él?", pensó. El chico se encontraba concentrado en su celular con los auriculares puestos.

"No, es imposible", el semáforo indicó el paso al peatón, el grandote no se movió, continuaba mirándolo esperando que alzara su rostro.

El chico sintió que alguien lo observaba, pero lo ignoró por completo, estaba acostumbrado que las personas lo miraran siempre, pues sus atuendos no eran "normales" para la mayoría de éstas.

"¿Realmente será él?", seguía pensando Matthew, cuando el nombre dicho por otra persona y la reacción del nombrado lo sorprendió.

–¡Lay! –una voz conocida pronunció el nombre. El chico giró.

–Oh, al fin llegaste –comentó mientras el chico se quitaba los audífonos guardándolos junto con su teléfono en el bolsillo de la gran chamarra. –¿Por qué tardaste?

–Lo siento, no encontraba lugar para estacionarme. ¿Listo para tu presentación? –preguntó el rubio con una sonrisa en el rostro.

–Síp –respondió emocionado Lay mostrándole su blanca dentadura.

–Entonces, vamos –le ofreció su brazo Kilian. Lay lo miró y colocó su brazo en el de él.

–Vamos.

Ambos comenzaron a caminar. Matthew veía la escena desde el mismo lugar sin expresión alguna. Estaba en shock hasta que su teléfono volvió a sonar.

–Sí, bueno –contestó.

Lay no pudo evitar girar hacia atrás, no podía quedarse con la duda de quién lo miraba fijamente hace un momento era quien pensaba que era. Al verlo a lo lejos, una lágrima recorrió su rostro.

"Al menos pude ver que estos años te ha ido bien. Sigue así, Matthew. Yo sé que tú puedes", pensó Lay.

–Era él, ¿verdad? –preguntó en un tono frío Kilian. El chico limpió su lágrima.

–Apurar que llegaremos tarde.

–Aún sigues siendo el mismo Lay de siempre –el pequeño le golpeó le brazo.

–¿Viniste hasta aquí a criticarme o a apoyarme?

–¡Ouch! –lo giró a mirar. –Obvio que vine a criticarte porque lo único que cambiaste en estos años es tu apariencia.

–¡Kilian! –éste le enseñó la lengua. Lay rió junto con el rubio.

Me Gustas Tú (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora