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-¿Que tal claveles? - Sirius extendió una foto en donde la flor blanca destacaba

- Sirius, cariño te he dicho mil veces que los claveles blancos se usan en los funerales - la chica llevo sus manos a su cabeza - debí haber llamado a las chicas - la mujer acepto una pequeña flor que le tendió el niño pelinegro - ¡Esto me va a volver loca!

Enero había pasado volando y el mes de febrero ya iba en sus comienzos, la pareja pasaba la mayor parte de su tiempo intentando organizar su tan esperada boda, sin embargo nada era sencillo, pues ninguno de los dos tenía idea de cómo iniciar

Lo único listo era la fecha y el lugar, la ceremonia se llevaría acabo a mediados de agosto en un hermoso jardín que habían encontrado en el centro de Londres, este lugar pertenecía a unos magos ancianos que se alegraban de prestar el lugar para realizar diversos eventos

La pareja tenía claro que no querían nada exagerado, ambos buscaban simplemente pasar el tiempo con sus niños y sus seres queridos a demás de que la luna de miel no sería solo para los recién casados, lo convertirían en un viaje familiar

- ¿Rosas blancas? - el pelinegro volvió a preguntar mientras la chica volvía a negar - ¿Petunias? - la respuesta fue la misma

- ¿Que tal tulipanes? - la castaña le mostró la imagen en el álbum de flores que había comprado y el pelinegro rápidamente murmuró un "si"

- ¡Ena! ¡Nuto! - la pareja giro hacia los niños y grata fue la sorpresa al ver al más chico de los Black volando en la pequeña escoba que Sirius había comprado para él

- ¡Eso sobrino! - Sirius festejo - ¡Sabía que lo harías! ¡Llevas el quidditch en las venas!

- Cariño, tranquilo, aún está pequeño para querer hacerlo jugar quidditch

- No importa, estos dos niños me llenan de orgullo - el mayor de los Black cargo a ambos infantes y los subió en sus hombros mientras estos reían - ¿Qué tal algunas galletas para celebrar que ambos serán leyendas del quidditch?

Los niños se miraron y al mismo tiempo gritaron

- ¡Siii!

- ¡Siii!

Helena se paro del sofá en donde había pasado toda la mañana tratando de organizar su futura boda y comenzó a guardar todos aquellos volantes y folletos de comida, flores y vestidos

- Cielo, hay una lechuza en la ventana - la mujer miro a su novio quien servía jugo a los niños y después a la lechuza negra que empezaba a picotear el cristal

- Yo iré - la chica se acercó al animal - toma pequeña - tras tomar la carta y haberle dado algunas golosinas, la mujer se dirigió a la cocina junto a su familia

- ¿Para quien es? - la mujer empezó a leer el destinatario

- Para tí, de Narcissa Malfoy - Sirius comenzó a atragantarse - ¡Por Merlin! ¡Sirius! ¿Estás bien?

ʀᴇꜱɪʟᴇɴᴄɪᴀ | ꜱɪʀɪᴜꜱ ʙʟᴀᴄᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora