XVI

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- ¡Ayuda! ¡Ayuda por favor! - la voz de la mujer inundó los tímpanos de la bruja que no era si quiera capaz de girar a verla - ¿Qué harás conmigo? ¿Por qué me tienes aquí? - pregunto una vez más - ¿Quieres dinero? Puedo darte todo el que quieras, solo déjame ir - musito - te lo suplico

La castaña cerro los ojos y tomo su varita para girar hacia la muggle y lanzarle un hechizo que la callo temporalmente con una venda sobre su boca

- Mantente en silencio - sentenció ante la desesperación de la rubia por hablar

Helena se encontraba en el sótano de la casa de los abuelos de Sirius Black, aparentemente nadie sabía de ese lugar, más allá de Walburga que fue la que le reveló la ubicación a la Ravenclaw, cómo una pequeña disculpa al no haberle advertido sobre la posible muerte que tendría si seguía usando esa clase de magia

La vieja casa al igual que Grimmauld Place contaba con un par de hechizos que burlaban la seguridad del ministerio, por esto nadie podría darse cuenta de que tipo de magia se usaba en el lugar

- Carajo - susurro al sentir una punzada en su abdomen para después retomar su compostura y enderezar su espalda

Un par de pociones más fueron colocadas en el caldero y cuando un pequeño humo gris surgió de la mezcla la Black sonrió

- Lamento mucho esto - susurro mientras giraba hacia la mujer que se encontraba atada a la pared

- ¡No! ¡Basta! - suplico en cuanto logro desprenderse de la venda que le impedía hablar - ¡Te lo suplico! ¡No me mates por favor!

- Perdón - musito una vez más antes de levantar su varita - ¡Avada kedavra! - el rayo verde salió de su varita haciéndola temblar

El cuerpo sin vida de la mujer que Helena Black había asesinado callo en sus pies mientras una especie de luz surgía de su cuerpo y se trasladaba al interior del caldero, ocasionando una leve explosión al ser combinadas

- ¡No! - el cuerpo de la Black se encontraba cubierto por una pequeña capa de sudor, mientras sus ojos eran humedecidos por las lágrimas que había soltado mientras dormía

La mujer se sentó de inmediato en el colchón y miro a su alrededor, se encontraba en el cuarto de su hija como solía ser costumbre desde hace un par de días

Abrazo sus rodillas soltando las lágrimas que había retenido; no fue una pesadilla la que había tenido, era un recuerdo y por amargo que sea era en lo que se había convertido

ʀᴇꜱɪʟᴇɴᴄɪᴀ | ꜱɪʀɪᴜꜱ ʙʟᴀᴄᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora