Tras los trágicos sucesos del 31 de octubre y la muerte del menor de los primogénitos Black, Helena y Sirius tienen que tomar las riendas de su vida una vez más y hacerse cargo de dos pequeños que han quedado a la deriva sin sus padres; siendo ellos...
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- ¡Es un maldito traidor! ¡¿Quién se cree para volver aquí después de tanta decepción?!
- ¡Es una vergüenza para la familia! Pero tranquila querida, lo arreglaremos no importa el precio
Los gritos que los adultos daban en la planta baja se podían escuchar hasta el piso siguiente en dónde un pequeño niño de apenas nueve años lloraba en silencio tumbado en un rincón abrazando sus rodillas
- Reggie ¿Estás bien? - La voz de su hermano mayor lo saco de aquel trance ocasionado por el miedo hacia sus padres
- Tengo miedo Sirius, madre no deja de gritar y Padre está muy enfadado porque quedaste en Gryffindor - la voz del menor se escuchaba cortada debido al llanto - Ellos dicen que eres un traidor y madre dice que eso está mal, que es una desgracia para la familia
- Eso no es verdad Reggie, no está mal ser amigo de personas diferentes, todos somos iguales, sin importar la sangre
- Pero madre dijo...
- Madre dijo, dice y dirá muchas cosas, no tienes que creerlas todas ¿De acuerdo?
El pequeño Regulus asintió mientras su hermano mayor le limpiaba las lágrimas y se paraba para ir a enfrentar a su madre
- No me dejes solo, no quiero que me dejes Sirius, tengo miedo
- Tranquilo Reggie, nunca te voy a dejar; eres mi hermanito y siempre te voy a cuidar
- Prométeme que nunca me dejaras solo - el pequeño estiró su mano hacia su hermano y le tendió el dedo meñique
- Te lo prometo - Sirius entrelazo su dedo con el de su hermano y volvió a hablar - Pero quiero que me prometas que pase lo que pase, oigas lo que oigas, no vas a bajar ¿Lo prometes?
- Pero ¿ Y si madre te hace daño?
- Estaré bien, no te preocupes por mi
El mayor le dió un último abrazo a su hermano antes de salir de aquella habitacion para dirigirse a la sala de estar dejando a un pequeño asustado llorando en su habitación mientras solo escuchaba la palabra «Crucio» salir de los labios de su madre; seguido de los gritos de su hermano
Sin duda esa navidad fue el comienzo de la peor época de su vida
El aire despeinó el cabello negro de aquel hombre de ojos grises, había pasado menos de una hora desde que leyó la carta, esa maldita carta que le decía la noticia más dolosa, sin embargo ahí estaba él; parado en una colina viendo directo a aquella casa con forma cilíndrica que era habitada por Xenophilius y Pandora Lovegood
