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- ¡Basilisco! ¡Un basilisco, Sirius! - exclamo la castaña bastante alterada - ¡¿Cómo es posible eso?!
- Mi amor, tranquila - trato de calmarla el Black sin embargo la de ojos cafés no dejaba de maldecir a todos mientras terminaba de arreglar su cabello
- Mañana mismo iré a hablar con Dumbledore - el ojigris trato de hablar pero la Ravenclaw lo callo - no me importa que sean vacaciones, ese viejo vive en el castillo
El pelinegro nego al ver el nivel de estrés de su esposa; esa misma mañana había llegado una carta del colegio de magia en dónde les informaban de lo sucedido hace dos semanas
Su hijo, Harry Potter había dejado inconsciente a un profesor y acompañado de su hermano había entrado a la camara secreta del mismísimo Salazar Slytherin para rescatar a la pequeña hija de los Weasley, su hijo pelinegro se había roto el brazo, sus sobrinos, Draco y Nevielle cubrieron las travesuras de sus primos y el Potter había sido mordido por la criatura gigante
Y claro que su pequeña hija no se había quedado atrás, ella fue quien se mantuvo en vela junto con su mejor amiga Francesa usando el mapa del merodeador y la capa de invisibilidad para encontrar a sus hermanos y dar aviso a los profesores
- ¡Helena! ¡Cálmate! - le gritó el animago para que ella pudiera escucharlo
- ¡¿Cómo quieres que me calme si mis hijos casi mueren?! - le contesto de igual manera
- Escucha - bajo su tono de voz - sé que estás preocupada y enfadada, yo también lo estoy, pero no ganamos nada gritando y maldiciendo al viento - la mujer suspiro - a demás tenemos que ir por los niños y no quiero que se sientan mal por vernos enfadados
- De acuerdo, trataré de calmarme - musito entre dientes
- Entonces vamos
Los Black salieron de su hogar y subieron a su auto, en unos minutos se encontraban volando por los cielos
Arthur Weasley era el responsable de eso; tras haberle contado al ojigris de su hermoso Ford Aguila volador el Black había pasado semanas pidiendo que le ayudará a hechizar su auto, pues el conjuro que utilizó en su motocicleta pareció no funcionar en el vehículo de cuatro ruedas
- ¿Lista? - pregunto al ver la estación justo frente a ellos
- Lista - contesto la mujer después de haber cerrado los ojos unos minutos
Sirius beso su mano y bajo del auto para abrirle la puerta. Ya estando dentro se encontraron con su fiel amigo licantropo que rápidamente se acercó
- Hola Rem - saludo Helena con un beso y un abrazo
- Hola Lena, canuto - el licantropo le dió un abrazo a su amigo y sonrió - ¿Vamos? - ambos asintieron y caminaron a la barrera mágica
La escena frente a ellos era muy distinta a la común, está vez los padres abrazaba a sus hijos como si nunca los fueran a ver de nuevo, incluso algunos derramaban pequeñas lágrimas, los tres magos supusieron que fue por los ataques recientes que ocurrieron en el castillo
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ʀᴇꜱɪʟᴇɴᴄɪᴀ | ꜱɪʀɪᴜꜱ ʙʟᴀᴄᴋ
FanfictionTras los trágicos sucesos del 31 de octubre y la muerte del menor de los primogénitos Black, Helena y Sirius tienen que tomar las riendas de su vida una vez más y hacerse cargo de dos pequeños que han quedado a la deriva sin sus padres; siendo ellos...