Tras los trágicos sucesos del 31 de octubre y la muerte del menor de los primogénitos Black, Helena y Sirius tienen que tomar las riendas de su vida una vez más y hacerse cargo de dos pequeños que han quedado a la deriva sin sus padres; siendo ellos...
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- Profesor, insisto en que ellos deberían saberlo - musito el pelinegro viendo al director caminar de un lado a otro
Dumbledore dejo de avanzar para ver a su colega frente a él; aunque él lo negara tenía cierto apego al Potter y a los Black
Si bien Severus Snape jamás había demostrado indicios de llevarse bien con Helena Longbottom; con Helena Black por otro lado había sido muy diferente; Helena Longbottom jamás hubiera usado magia obscura, jamás habría recurrido a él por ayuda y jamás habría amenazado a su director pero Helena Black era muy diferente y eso al Slytherin le agradaba
- Severus - comenzó - ¿Qué crees que Helena y Sirius puedan hacer si les reveló está información? - pregunto con sutileza - solo tendrán una preocupación más
- Al menos no vivirán en la ignorancia - nego - conozco a Helena, y sé que hará cualquier cosa para evitar que su hijo muera y estoy seguro que si se lo propone lo logrará - sentenció - y Sirius por más idiota que parezca no lo es - lo reconcidero - al menos no completamente - nego - pueden salvar a su hijo y usted no quiere decirle porque le aterra pensar de lo que son capaces
El mago de barba permanecío en silencio analizando la situación; por supuesto que le aterraba que podrían hacer, los Black eran magos poderosos, siempre lo habían sido, aunque Sirius no mostrara intereses por seguir los pasos de sus ancestros sabía que si alguno de sus hijos se encontraba en riesgo no le importaría nada, ni siquiera que el destino del mundo mágico estuviera en manos de Harry Potter; ya lo habían demostrado en el torneo de los tres magos y esperaba que no fuera necesario que lo hicieran otra vez
- Lamento decepcionarlo profesor - murmuró - pero Helena y Sirius se enteraran de todo
El mestizo salió del despacho del director con dirección a su oficina; topandoce en el camino con el ojiverde
- Buenos días profesor Snape - saludo alegremente el Potter
- ¿Qué quieres Potter? - pregunto secamente sin dejar de avanzar
Harry lo siguió de cerca con un recipiente en sus manos, el pocionista ni siquiera se había percatado de que el Slytherin cargaba con algo en sus manos
- A Géminis le gusta mucho el pastel de zanahoria - murmuro - le pedí permiso a los elfos para prepararle uno
- ¿En qué me podrían interesar los gustos de Lilian? - pregunto con desinterés
El Potter frunció el ceño, no entendía la afinación de las serpientes de llamar a su hermana por su segundo nombre; ni si quiera cuando él se enfadaba la llamaba así
