Capitulo 6

5 0 0
                                    

Luisa

Los libros me daban la mejor sensación del mundo, hasta que lo conocí a el, tenía ojos cafés, pero no un café normal, un café profundo y oscuro, sin embargo tenían un brillo increíble que ni las estrellas ni el sol podrían brillar tanto, era alto y delgado, y esos brazos que se veían perfectos para sostenerme, su cabello negro con ligeros mechones rubios cayendo hacia el lado derecho de su cara, tan solo verlo me hacía sentir en las nubes, venía hacia mi y yo seguía hipnotizada ante su belleza y de repente paso.

-¿Qué haces?

Por dios, su voz, era la armonía de sonidos más hermosa que había escuchado en mi vida.

-Leyendo. Dije con una voz tímida.

-Oh que bien. Dijo relajado y calmado.

-¿Tienes frío verdad? Estás temblando. Y sin dudarlo se quiero el suéter y me lo dió.

Lo tome aún sin palabras.

-Bueno te dejo leyendo. Se dió la media vuelta y comenzó a alejarse.

-Gracias. Dije en un tono apenas audible, sin embargo él lo escucho.

-No es nada. Dijo con esa voz que me volvía loca y me guiñó el ojo.

Solo basto eso para caer perdida ante este chico.
Su nombre era Demián y era mi compañero de salón ¿Cómo no había visto a este chico antes?

Aún con el detalle, no pude creer que el me viera y que ahora tuviera su suéter puesto, digo ¿Quien era yo? La chica invisible, sumergida en sus libros, triste, ansiosa y descuidada, ¿Porque un chico como él me vería?

Al terminar el día, fui a devolverle su suéter.

-Toma, ya no tengo frío.

-Gracias.

Le dedique una sonrisa y me fuí.

-Espera, te acompaño a tu casa.

Bastaron esas palabras para quedarme petrificada.

-¿Estás bien?

-Sí, sí, claro, todo bien, solo estaba distraída.

-Esta bien, entonces ¿Vamos?

-Amm sí, claro.

No lo podía creer, estaba caminando con él, que rayos me está pasando, ¿Porque estoy tan nerviosa? De pronto una voz me distrajo de mis pensamientos.

-¿Quieres un mazapán? Sé que te gustan, puedo comprarte uno.

¿Cómo rayos sabe que me gusta el mazapán? Acaso ha estado observandome, no eso es imposible, ¿Porque vería a una chica como yo? Seguro solo fue una casualidad.

-Muchas gracias, pero no te molestes.

-Da igual, lo compraré. Dijo y entró a una tienda, salió y me lo dió.

Solo sonreí como muestra de agradecimiento.

Mi corazón latía a mil por hora, me estaba perdiendo entre todas las sensaciones que él me hacía sentir, no podía creer lo que estaba pasando, este chico me estaba hipnotizando sin ni siquiera intentarlo y yo no podía resistirme.

-¿Cómo vas en tu deporte?

-Bien

-Que bien

Seguimos hablando sobre mi deporte, no tenía ni la menos idea de cómo este chico sabía tanto de mi, ¿Acaso para él no  era invisible?.

Las dudas me estaban invadiendo y no quería verme demasiado distraída.

Por fin llegamos a mi casa.

-Bueno, creo que aquí nos despedimos. Dijo con una voz que transmitía confianza.

-Sí, gracias por acompañarme. Dije con una voz nerviosa y las mejillas sonrojadas.

Entre a mi casa y solté un suspiro, dios ¿Qué había sido eso?

Ese día ni siquiera pude leer me encontraba pensando en la profundidad de sus ojos y lo mucho que me gustaban.

Ese día, estaba feliz, llena de preguntas y suposiciones pero feliz, después de tanto tiempo era feliz de verdad.

𝓛𝓸𝓼 𝓶𝓸𝓾𝓷𝓼𝓽𝓻𝓸𝓼 𝓺𝓾𝓮 𝓶𝓪𝓽𝓪𝓻𝓸𝓷 𝓪 𝓛𝓾𝓲𝓼𝓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora