Capitulo 10

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Es imposible saber cuándo una persona pondrá tu mundo de cabeza, solo pasá y eso fue lo que pasó con Demián, no podía resistirme, el era un especie de imán y yo un simple metal luchando por resistirse.

Era un sábado en la tarde como de costumbre, habíamos decidido hacer un maratón de Harry Potter, el me estaba abrazando como si de un tesoro se tratase.

Ya habían pasado algunas horas cuando empezamos nuestra clásica guerra de besos en la mejilla, cada uno nos fuimos acercando cada vez más hacia nuestros labios, hasta que roce la comisura de su boca, nos vimos a los ojos y en ése momento supe que no podría resistirme.

Lo besé.

La magia comenzó a correr por mis venas, la sensación de no poder parar aumentaba cada vez más y el tiempo estaba suspendido en el aire, hacíamos la combinación más perfecta que podría existir, el era la llama y yo una vela incapaz de no derretirme ante él.

Me estaba perdiendo y tenía que detenerme, así que tome todo el valor que aún me quedaba y corte el beso.

¿Que diablos ha pasado? ¿Cómo pude permitir que eso pasará?

Acabo de arruinarlo todo.

Me hice a un lado asegurándome de que hubiera suficiente distancia entré los dos y simplemente le di la espalda.

No quería que eso pasará, quería que siguiera siendo mi amigo, así la posibilidad de perderlo era menor y dolería menos.

Pero a quien engaño, adoro tanto a ese chico y no puedo evitarlo...

-Hey mazapán. Su voz me tomo por sorpresa, se escuchaba preocupado pero calmado a la vez.

-¿Qué dices? Le dije confundida, ¿Que querría decir con mazapán?

-Eres como un mazapán. Dijo con una sonrisa.

-No entiendo.

-Es frágil, pero si eres lo suficientemente cuidadoso puedes evitar romperlo.
Por favor, dime que no te he roto. Dijo triste y una lágrima escapó de sus ojos, deslizándose por su mejilla.

No pude evitarlo, estaba llorando y entre sollozos le dije.

-Tranquilo, tú no me has roto.

Yo sí, pensé, pero no lo dije.

El me dió un abrazo y solo me dijo.

-Luisa, ya no tengas miedo de vivir. Por favor, vive.

Me dió un beso cálido en la mejilla y se fue.

𝓛𝓸𝓼 𝓶𝓸𝓾𝓷𝓼𝓽𝓻𝓸𝓼 𝓺𝓾𝓮 𝓶𝓪𝓽𝓪𝓻𝓸𝓷 𝓪 𝓛𝓾𝓲𝓼𝓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora