Luisa
Por fin llegó el siguiente sábado, iríamos al cine, aún sin ser nada más que amigos caminábamos tomados de la mano, él me hacía sentir segura.
Siempre se encargaba de hacerme reír, de verme feliz, de cuidar cada momento mi lado como si de un tesoro se tratase.
Nos pasamos toda la película abrazados y al final decidimos ir por una pizza.
El fue a pedir la pizza y yo lo espere, mientras esperábamos a que estuviera lista estábamos abrazados.
Se sentía tan lindo que por primera vez alguien no le diera vergüenza estar conmigo, con él podía ser libre sin tener ningún miedo.
Él me dio un beso en la frente y yo me sentí en las nubes.
Él me hacía sentir sensaciones que ni siquiera sabía que existían ¿Acaso eso era el amor?
Claro que era amor, pero no quería aceptarlo.
La pizza estaba lista así que la recogimos y caminamos hacia mi casa, comimos un poco quién se dio cuenta de que yo miraba con cierta culpa la comida.
-¿Sabes que no tiene nada de malo comer verdad?.
-Lo sé, pero es difícil.
-¿Porque?.
-Tengo pánico a subir de peso.
-Sabes que tú siempre serás perfecta, no importa tu peso, así que por favor ámate.
-Lo intentaré.
-Gracias.
¿Cómo rayos se dio cuenta que no quería comer? ¿Cómo podía conocerme tanto?.
Terminamos de comer llegó la hora de despedirnos.
-No olvides que te amo. Me dijo antes de irse.
Solo pude sonreír pero no dije nada.
Lo amaba incluso más de lo que creía que se podía llegar a amar, sin embargo no podía decírselo había algo que me detenía y ni siquiera sabía que era, miedo tal vez.
A siguiente día en la mañana me llegó un mensaje de él.
-¿Desayunamos juntos? Podemos hacer una videollamada.
-Amm sí
Ni siquiera había pensado en desayunar.
Tomé un vaso de leche y una manzana.
Mi celular comenzó a sonar, era él así que conteste.
-¿Lista para desayunar? Dijo con una sonrisa en la boca.
-Sí, creo. Dije un poco desanimada.
-¿Qué comerás?
Le mostré mi comida.
-¿Crees que puedas agregar un trozo de pan tostado y yogurt? Por favor. Dijo con una cara tierna.
No podía resistirme ante eso.
-Está bien. Dije resignada.
Se encargó de esperar hasta que terminara todo.
Y así empezó a ser la rutina, cada desayuno, cada comida, cada cena hacíamos una videollamada.
Me cuidaba siempre.
¿Cómo podría agradecerle tanto?
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𝓛𝓸𝓼 𝓶𝓸𝓾𝓷𝓼𝓽𝓻𝓸𝓼 𝓺𝓾𝓮 𝓶𝓪𝓽𝓪𝓻𝓸𝓷 𝓪 𝓛𝓾𝓲𝓼𝓪
Short StoryLuisa, una chica con depresión, ansiedad y transtornos alimenticios lucha día a día contra ella misma sumergida entre libros que la hacen salir de su realidad hasta que conocé a Demian y gracias a él se da cuenta de que no todo en la vida es sombras...