one-shots traducidos de Alldazai

devorar "Atsudaz"

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A fin de cuentas, era una bonita montaña.

El bosque era de un verde exuberante con muchos árboles sanos. La hierba incluso tenía un resorte a cada paso. Era ruidoso, con batir de alas, cantos de pájaros y el viento soplando y susurrando entre las hojas.

Era un buen lugar para morir.

Dazai no apreció mucho la caminata que tomó para llegar aquí. Se secó el sudor de la frente. Pero ahora que estaba aquí, podía maravillarse con la belleza de la naturaleza. Tranquilo, pacífico, sereno, verdaderamente sería un gran lugar para morir.

La historia decía que en lo profundo de las montañas estaba el territorio de un Dios Tigre. Una poderosa bestia a la que le gustaba darse un festín con los humanos, devorándolos de un solo bocado. La leyenda hablaba de muchos que se habían aventurado en esta montaña para nunca volver. La historia persistió, susurrada entre las ciudades y pueblos cercanos. Dazai incluso encontró registros de cómo una vez intentaron convertir esta área en un gran desarrollo de viviendas solo para que los trabajadores desaparecieran constantemente. Finalmente se decidió que habían enojado al Dios Tigre y el desarrollo se detuvo, dejando toda esta área completamente intacta por el hombre moderno.

Ser comido por una bestia parecía bastante espantoso y doloroso, pero Dazai estaba eligiendo enfocarse en la parte del plan de un solo trago y en la idea de que, en todo caso, sucedería tan rápido que probablemente ni siquiera notaría el dolor.

(Intentar ahogarse se estaba volviendo un poco aburrido).

Aunque si se perdiera y muriera de hambre sería doloroso.

Más vale que el Dios Tigre sea real.

"¿Estás perdido?"

Dazai gritó, el corazón saltando en su garganta cuando se dio la vuelta para ver a un joven con cabello gris parpadeando hacia él. Sus ojos de color amarillo púrpura brillaron divertidos ante la reacción de Dazai.

"¿Quién eres?" preguntó Dazai.

"Atsushi," se presentó. "¿Tú?"

Desconcertado, Dazai se puso en piloto automático y respondió reflexivamente. "Dazai Osamu," dijo. "¿Qué estás haciendo aquí?"

Atsushi se rió. "¡Creo que esa debería ser mi pregunta para ti! Vivo en esta área. Ha pasado mucho tiempo desde que un ser humano se había aventurado tan profundo en las montañas.

Dazai hizo un puchero. ¿Significaba eso que la Leyenda del Dios Tigre no era cierta?

"No pareces un excursionista," reflexionó Atsushi, ladeando la cabeza. "No con ese atuendo".

Dazai miró su ropa. Verdadero. Llevaba su gabardina marrón normal, camisa, chaleco y pantalones. Sus zapatos definitivamente no estaban hechos para este tipo de caminata y lo lamentó porque ya le dolían los pies.

"Tú tampoco," señaló Dazai.

Atsushi estaba vestido con un yukata azul claro con un obi azul marino atado a la cintura. Sus zapatillas geta no parecían muy cómodas para escalar una montaña.

"Como dije, vivo en esta área. Porque estoy de camino a casa y camino por este camino todos los días", dijo Atsushi. "Si te pierdes, puedo llevarte de regreso al camino que te llevará al pueblo más cercano".

Dazai suspiró. "Entonces, ¿supongo que la leyenda sobre el Dios Tigre no es cierta?" preguntó con tristeza.

"¿Dios tigre?"