Cigarrettes |Juliantina

Capítulo 5.

Valentina confirmó una vez más la dirección en el papel que le había dado Clarke y miró la casa. Sacó un cigarrillo y lo encendió, para luego tocar el timbre mientras negaba con la cabeza. Era absurdo que hubiera verdaderamente corrido hasta llegar a la casa de Juliana, nunca se habría imaginado haciendo eso por nadie, pero ahí estaba, con el corazón latiendo a mil por segundo y con un cigarrillo en la boca. Ella había corrido hasta llegar a la dirección dada, cuando probablemente Clarke hasta le había mentido respecto a lo de Juliana y la tal Lexa. Esperaba que le estuviera mintiendo.

Pero pudo darse cuenta de que Clarke no mentía en cuanto vio que una chica que desconocía abría la puerta con una gran sonrisa, la cual se borró al examinar a Valentina con la mirada. Valentina pudo notar que sus ojos se posaban en su cigarrillo y quiso reír al verla fruncir levemente el ceño.

—¿Quién eres tú? — preguntó la chica con los brazos cruzados.

—¿Está Juliana? —preguntó igualmente Valentina, ignorando la pregunta anteriormente hecha por la otra chica.

—Primero tú contesta a mi pregunta. ¿Quién eres?

—Eso no te importa, ahora déjame ver a Juliana, Lexa.

—¿Cómo sabes mi nombre? —volvió a plantear otra pregunta y Valentina soltó un bufido.

—Muchas preguntas, comienzas a colmarme la paciencia. Sólo quiero ver a Juliana, así que ve a decirle que estoy aquí —hablaba con el cigarrillo quemándose entre sus labios.

—Aléjate de ella, chica, no eres una buena influencia —Lexa finalmente relajó su expresión.

—No puedes decir eso si ni siquiera me conoces —sacó el humo de su boca después de haber dado una calada y tiró la colilla a un lado con un simple movimiento y lo regresó a sus labios para dar otra calada.

—El cigarrillo en tu mano me deja conocerte bastante bien y bueno, sino quieres alejarte, no lo hagas. Juliana misma se alejará de ti en cuanto se entere de que fumas.

—¿Disculpa? —Valentina casi se atraganta con el humo en su boca.

—Mira, Juliana es muy importante para mí y la adoro demasiado, la conozco desde siempre, así que sé que toda la vida ha odiado a las personas que fuman. Tú nunca podrías gustarle por ese simple hecho, así que te pido que mejor te retires de su vida con dignidad antes de que ella sea la que te mande lejos.

—Uh, ella en serio te gusta ¿eh? —rio Valentina para después dar otra calada a su cigarrillo—. Si es así entonces deberías encargarte de conocerla mejor, porque aparentemente te perdiste de mucho en su vida.

—Sólo quiero protegerla ¿bien? no me perdí de nada, yo sé lo que...

—¡Lexa! ¿qué sucede? —se escuchó la voz de alguien aproximándose desde el interior de la casa—¿quién...? ¡Valentina! —saludó alegremente al verla parada frente a la puerta.

—Hola, Juls —respondió Valentina sonriendo con una sonrisa de suficiencia hacia Lexa.

—¿La conoces? —preguntó Lexa a Juliana y esta último asintió repetidas veces.

—Deberías ir adentro, Lexa, mamá se quedó esperando por la continuación de tu historia. Yo ahorita voy —dijo Juliana saliendo por el lado de la puerta que Lexa no bloqueaba.

Valentina no podía evitar que la sonrisa en su rostro se hiciera cada vez más amplia y pudo notar que Lexa la miraba con cierta molestia antes de adentrarse a la casa. Juliana entrecerró la puerta una vez que Lexa despareció en el interior de la casa. Caminó hasta que estuvo cerca de Valentina.