En los primeros días le fue difícil darse cuenta, claro que su corazón siempre le dio señales, pero nunca fue su hábito escuchar.
E incluso si escuchaba, siempre se preguntaba qué era lo que quería decirle. Incluso si latía de forma anormal cada vez que Mirabel estaba cerca, ¿qué era lo especial en ello? ¿No se había sentido siempre así? ¿Mirabel no fue siempre así de importante para él?
Incluso si la cara le ardía cada vez que pasaban el rato juntos, no era nada por lo cual preocuparse. A lo largo del año siempre está haciendo calor en el pueblo, ¿si su cara se calentaba demasiado no era debido al clima?
Incluso si siempre estaba atento a lo que Mirabel decía o hacía, así es como se había acostumbrado a vivir.
Nunca fue nada raro, nada de lo cual preocuparse.
Y nunca lo hubiera sido si Camilo nunca se hubiera dado cuenta de que algo en él andaba mal.
No fue hasta que ambos cumplieron quince años que Camilo tuvo que hacer contacto con la realidad que le rodeaba, y con ello darse cuenta de que ya no era un niño. El primer paso lo dio en una cena que a primera vista era como cualquier otra.
No pasaba nada peculiar, Camilo le estaba hablando a Mirabel sobre los nuevos trucos que estaba aprendiendo para robar arepas y las nuevas bromas que estaba planeando gastarle a Isabela.
Su abuela estaba preguntando sobre el día a día de cada miembro de la familia, Antonio estaba jugando con la comida a escondidas, Isabela y Luisa estaban hablando de un tema al que Camilo no le prestó atención hasta que Mirabel se vio involucrada.
—Y, Mirabel, ¿no nos vas a hablar del muchacho?
Mirabel siguió comiendo como si nada hasta que Isabela le tocó el hombro, ella a penas sí notaba que le estaban hablando.
—¿Qué? ¿Cómo? —Respondió.
Isabela se aclaró la garganta y preguntó de nuevo.
—Pues, el muchacho ese, el que te habló.
—¿Qué muchacho? —Interrumpió Camilo.
Isabela lo volteó a ver y tanto su expresión en su rostro como sus palabras querían echarlo de esta conversación.
—Dije Mirabel, no Camilo.
—Tú dijiste "nos", que me cuente a mí también entonces —Camilo dejó caer sus brazos con algo de fuerza en la mesa y sin quererlo llamó la atención del resto de la familia.
—Isabela, ¿de que estás hablando? ¿A qué muchacho te refieres? —Julieta habló esta vez.
—Está hablando del chico que se le acercó para preguntarle mil cosas sobre Isabela, un chico algo bajo, bastante encorvado —Esta vez Dolores tomó la palabra.
Bastó la descripción para que Mirabel hiciera memoria y recordara al chico del que estaban hablando.
—Ohhhh, sí, es verdad. Casi se me olvida, me preguntó muchas cosas sobre ti. Creo que estaba interesado en ti, pero ya le dije que estás con Mariano.
—Hiciste bien —Dijo la abuela Alma—. Que todo el pueblo vaya corriendo la voz de que nuestra linda Isabelita ya tiene la pareja ideal.
Isabela tuvo que sonreír para complacer a su abuela, pero eso no cubrió del todo su disgusto.
—Ahg, yo pensé que él te había hablado para coquetearte —dijo la mayor y, con el asunto aclarado, perdió todo el interés.
Mirabel se rió de las ideas de su hermana y quiso compartir parte de su risa con Camilo. Hizo una mueca señalando con la mirada a Isabela, pero Camilo, lejos de reirse con ella, parecía sumido en sus propios pensamientos y no notó que lo estaba observando.
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Asfixia || Camilo Madrigal X Mirabel Madrigal || Encanto
FanfictionCamilo no podía entender por qué estaba tan mal sentirse tan completo al lado de Mirabel, nadie se lo había dicho, ¿cómo iba él a saber que le haría tanto daño sentirse así? Esta historia contiene Camilo x Mirabel. Si odias la pareja, por favor abs...