Capítulo 15: Final

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Todas las personas al exterior de la casa se cubrieron por el polvo que levantó el derrumbe, tomó mucho tiempo el que se disipara por completo.

Cuando el aire se limpió lo suficiente, los adultos de la familia se adentraron en el terreno buscando sobrevivientes.

En medio de todo el desastre, se encontró un pequeño fuerte improvisado hecho a base de las puertas de la casa. No tuvieron que revisarlo, algo desde adentro pateó una de las puertas para salir.

Mirabel se asomó al exterior y, al ver que era ella, sus padres la socorrieron de inmediato. El caso fue el mismo con Camilo y la Abuela, todos se unieron para ayudarlos a salir sanos y salvos.

Afortunadamente, estaban sin un rasguño. La casa usó los pocos segundos que quedaban antes de desplomarse para protegerlos bien a los tres.

Mirabel no dejaba de toser, el polvo era aún bastante visible en el aire. Cayó de rodillas sobre una de las puertas y, posiblemente, al tocarla sintió el alma de su casa desvanecerse en el olvido.

Camilo la vio llorar a lo lejos; por otro lado, sus padres y hermanos le hacían numerosas preguntas respecto a su salud. Él las respondió todas con un simple "estoy bien".

Camilo estaba terminando de creer lo que había ocurrido, vio la casa hecha escombros, tal como su tío lo había predicho.

Sabía bien qué predicción faltaba por cumplirse ahora.

Los brazos y las piernas le temblaron, el mismo temblor que sentía cada vez que su cuerpo le pedía salir corriendo del peligro. Sin embargo, esta vez no iba a obedecer.

Camilo caminó hasta su abuela. Notó que ella estaba buscando algo entre todos los escombros y, al encontrarlo, lo levantó.

Era la base de la vela del milagro. Al encontrarla vacía y algo quemada, se la llevó al pecho para llorar en silencio.

—¿Abuela..? —Camilo la llamó.

—Tantos años protegiendo y cuidando.. —susurró—. Todo para nada...

Camilo se acercó aún más, su lamento solo lo hizo sentir más culpable por lo sucedido.

—Abuela.. —repitió una vez más. Pausó para pensar bien lo que iba a decirle—. Fui yo, fue culpa mía.

La abuela Alma puso atención a sus palabras y volteó a verlo a la cara.

—Mirabel no tuvo nada que ver, ella nunca quiso desobedecerte ni avergonzarte frente a nadie. Ella intentó evitarlo, ¡fui yo el necio que-! —se interrumpió a sí mismo para intentar dejar de temblar sin mucho éxito.

La abuela no fue la única que escuchó, el resto de la familia también estaba poniendo atención a las palabras de Camilo.

El joven se llenó los pulmones de aire y prosiguió.

—Sé que crees que soy un enfermo, yo también lo creo. Lo he creído desde un inicio y siento mucho asco de mí mismo por lo que provoqué —Continuó y se secó unas pocas lágrimas con las muñecas de sus brazos—. Ya no quiero seguir huyendo, mintiendo, escondiéndome de todo..

Una pausa se hizo presente, las palabras de su nieto hicieron eco tanto en su cabeza como en su corazón.

—Ya no voy a huir; por favor castígame. Expúlsame del pueblo, es lo mínimo que me merezco —Camilo dejó de llorar por un breve momento para ver a su abuela a la cara—. En realidad, después de lo que hice, creo que ya ni siquiera deberían considerarme un Madrigal...

—¡¡No!! —el grito de la madre de camilo se escuchó a lo lejos y corrió con todas sus fuerzas para proteger a su hijo— ¡¡No voy a dejar que lo hagas!!

Asfixia || Camilo Madrigal X Mirabel Madrigal || EncantoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora