→Sarā←
Sentí que la emoción aumentaba cuanto más me acercaba a casa. Sería bueno volver a ver a las niñas. No me atrevía a pensar en Naruto en este momento. Estoy segura de que tendré que resolver el problema rápido, cuando atraviese la puerta, puedo lograr cualquier cosa.
No me atreví a aparcar en la entrada, así que aparque un poco más lejos y caminé hacia la casa. Había luces en las ventanas y pude ver las luces del gran árbol a través de las ventanas de afuera. Ya podía sentir el calor de la chimenea.
Debo haber estado loca para dejar todo esto atrás, ¿en qué estaba pensando? No. Yo no estaba pensando, y tal vez no fue tan buena idea dejar de tomar mis pastillas nuevamente. A diferencia de esta vez, antes no hubo grandes consecuencias.
De todos modos, ahora no era el momento de pensar en mi enfermedad. Naruto no sabe nada sobre esa parte de mi vida y mi objetivo es que siga siendo así. No puedo permitirle que sepa la verdad sobre mi inestabilidad o cualquiera de las otras cosas que le he ocultado a lo largo de los años.
No es el tipo de hombre que estará feliz con una esposa que no estaba del todo bien de la cabeza. Lo había estado haciendo muy bien manteniendo todo en secreto, él confiaba tanto que nunca cuestionó nada de lo que le dije.
No pensé que pasaría nada, o que me afectaría tanto no tomar las pastillas. Pero estoy segura de que no fue solo eso, fue esa perra y lo que ella representaba lo que me hizo perder el control ese día. Nunca lastimaría a mis hijas. De acuerdo, tal vez una o dos veces cuando no se callaban, podría haberlas sacudido un poco, pero obviamente no las lastimé.
Y esos primeros días en los que estaba demasiado cansada para verlas mientras Naruto estaba en el trabajo y las dejaba llorar en sus cunas hasta que se dormían del cansancio no era herirlas, creó yo. Así que no había ninguna razón para que no podía regresara a casa, ninguna razón por la que no pudiera estar con mi esposo y mis hijas en la época más feliz del año, especialmente porque es la primera Navidad de mis hijas.
Estaba tan perdida en mis pensamientos que no escuché la risa hasta que estuve casi en la puerta. El camino de entrada es tan largo que tuve que detenerme para recuperar el aliento, apoyándome contra el ladrillo rojo de la mansión, y así escuché la risa que venía del interior.
Mi corazón se sentía enfermo, no esperaba que mi suegra estuviera aquí, pero tal vez debería haberlo esperado. Sin mí, Naruto debió haberla llamado para ayudarle con las gemelas. Respiré hondo y me preparé para golpear la puerta, pero las siguientes palabras de Naruto me detuvieron.
"Ven aquí, pequeña malcriada". Luego hubo un chillido, un chillido muy adolescente y luego pies corriendo, y luego nada, solo silencio. Regresé por la parte delantera de la casa, desde donde podía ver la habitación a través de la ventana.
No los vi al principio ya que había estado buscando a dos personas de pie, pero luego mis ojos recorrieron la habitación y cayeron sobre la alfombra frente a la chimenea. La alfombra que quise bautizar con mi esposo tantas veces y nunca pude hacerlo porque los dos siempre estábamos demasiado cansados.
Estaban allí, los dos, desnudos, haciendo el amor. Eso no fue lo que hizo el agujero en mi estómago, aunque ya era bastante malo. Era la forma en que la miraba, con tanta ternura, la forma en que besaba su frente mientras entraba y salía de ella.
Tuve que poner mi mano sobre mi boca para amortiguar el grito. No sé cuánto tiempo estuve allí con la mirada asesina en mis ojos.
¿Cómo pudo hacerme ésto?
Lo sabía, sabía que todas esas veces que me ignoraba es por que se estaba follando con ella."Maldito mentiroso". Agaché la cabeza después de mi arrebato y me apresuré a regresar al auto, manteniéndome agachada y en las sombras. No debería haberme preocupado. Mi imbécil esposo estaba demasiado ocupado follándose a la niñera para notar que estaba allí.
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Nana ||NaruHina|| ✓Completa✓
Storie d'amoreHinata Hyuga se enamoró del apuesto adolescente Naruto en el momento en que lo vio por primera vez. Ella tenía ocho años y él dieciséis, no era posible, pero ella sabía en el fondo, que algún día él sería suyo. Y cuando Hinata le dijo audazmente que...