Hinata Hyuga se enamoró del apuesto adolescente Naruto en el momento en que lo vio por primera vez. Ella tenía ocho años y él dieciséis, no era posible, pero ella sabía en el fondo, que algún día él sería suyo. Y cuando Hinata le dijo audazmente que...
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Me sorprendió saber de Sarā de nuevo unas semanas después. Pensé con certeza que después de esa noche que ella había terminado de tratar conmigo. Era obvio que alguien le había hablado de mi enamoramiento de la infancia.
¿Fue él? De alguna manera no lo creo. La idea de que los dos se rieran de mí a mis espaldas era un poco más de lo que podía soportar, y ya ha sido bastante.
Desde esa noche los había visto una o dos veces. Una vez estaba en la tienda de comestibles, supe que ella me había visto cuando empezó a hablar demasiado alto y empezó a aferrarse a él, mientras miraba en mi dirección.
Aparté la mirada, sin darle la satisfacción de saber que había visto sus acciones. Pagué mis cosas y salí por la puerta.
La próxima vez había sido de pasada. Había estado saliendo de la casa para ir a la casa de uno de los vecinos por un trabajo de niñera cuando pasó el auto de su familia, conduciendo demasiado lento. Nuestros ojos se encontraron, los de ella y los míos, y ella me miró como si le hubiera robado su posesión más preciada.
Así que pueden imaginarse mi sorpresa cuando me llamó para darme otro trabajo para cuidar a sus hijas. Acepté por profesionalismo aunque sabía que era una mala idea, pero no estaba dispuesta a jugar su juego, ni dejar que me afectará. El amor que le tenía a Naruto permanecerá escondido dentro de mí para siempre, pero eso no significaba que adoraría a un hombre casado.
Me dedicaré a mis estudios una vez que me vaya a la universidad y luego pasaré el resto de mi vida tratando de sanar los corazones heridos y rotos de los jóvenes. Creo que lo haré bien. Tengo experiencia de primera mano.
→S a r ā ←
Me estaba afectando. Como tener hormigas debajo de mi piel, una picazón que no podía rascar. El solo hecho de saber que estaba a la vuelta de la esquina, que incluso respiraba, estaba haciendo de mi vida un infierno. En los días buenos sabía que estaba siendo irracional, podía ver la verdad en las palabras de Naruto cuando me decía que estaba exagerando, pero en el fondo se estaba gestando algo, algo oscuro y feo sobre lo que no tenía control.
Odio el hecho de que alguna vez lo haya mirado con amor, y no me importa que fuera solo una niña. He interrogado a Naruto sin cesar, pero todas sus respuestas han sido menos que satisfactorias.
No creé que haya algo malo, solo un enamoramiento inocente de hace años, así que ¿por qué ninguno de los dos lo mencionó? ¿Por qué el gran secreto?
Odiaba aún más que no solo fuera hermosa, sino también inteligente, rica y... jóven. Odio su cara, odio esa actitud condescendiente suya y esa forma que tiene de mirarte cuando estás justo frente a ella como si nada la molestara, nada movía a la princesita en su pedestal.
Llegue a odiar escuchar su nombre, lo cual fue muy frecuente ya que mis vecinas cantaban alabanzas por ella, yo me moría de ganas de decirles lo perrita que realmente era, pero tuve la sensación de que no me iría tan bien.
