Podía ver claramente como Alice y Chad peleaban por escoger un vestido para ella, Wells y Ian simplemente permanecían sentados observándolos, Chad había sacado dos nuevos vestidos para Yelena, uno de color rojo y el otro de color blanco, el problema era que Chad prefería el rojo y Alice el blanco porque según ella la hacía resaltar su apodo de Ángel del Capitolio
-Es una reunión de cenadores, no su boda-recalcó Chad-Usará el rojo-
-El blanco es un color que le queda increíble!-chillo Alice
Chad rodó los ojos y negó con la cabeza, él quería que Yelena usara el rojo y nadie lo haría cambiar de opinión
-Son mis diseños, es mi musa y usará el ROJO punto-dijo Chad
-Pero...-hablo Alice
-Sh, no te daré la razón mujer-interrumpió Chad
Yelena sonrió sin poder evitarlo, Chad la miró y le hizo una seña para que se sentara en la silla del tocador, le arreglaron el cabello haciéndole un moño con un estilo desordenado y los mechones de pelo que quedaban fuera los convirtieron en rizos, Alice se encargó del maquillaje mientras que Ian escogía unos zapatos que quedaran bien con el vestido, un par de tacones color piel, así habría un contraste de colores, cuando Wells terminó el peinado Chad les pidió que los dejaran solos en la habitación para ayudarla a vestirse
-Es extraño-mencionó Yelena-Llevó cuatro años acostándome con los hombres del Capitolio pero aún me avergüenza que mi equipo me vea desnuda-
-No lo es-dijo Chad-Es comprensible que quieras conservar un poco de tu privacidad-
-No sabes lo que daría porque tú fueras el único hombre en verme desnuda-dijo Yelena
Chad la miró frunciendo el ceño y luego sonrió mientras recordaba algo que sabía que pondría incómoda a la chica
-¿Que hay de Finnick? Él te a visto desnuda más veces que yo-bromeó Chad
-Eso es mentira!-exclamó ella nerviosa
El diseñador comenzó a reírse a carcajadas mientras que Yelena se ruborizaba, la chica dejó salir una leve sonrisa y Chad supo que había logrado aligerar el ambiente, terminó de arreglarla y juntos salieron de la habitación para bajar al primer nivel del departamento, ahí estaban todos esperando para verla y desearle suerte en la reunión, cuando la vieron bajar por las escaleras todos experimentaron un sentimiento muy especial, cariño, Effie y Alice estaban emocionadas alagando lo linda que se veía mientras que Ian y Wells aplaudían el trabajo que habían hecho, y Haymitch, él estaba maravillado viendo a la chica frente a él, hace cuatro años después de la muerte de la abuela Clark, Haymitch y Effie se convirtieron en sus tutores legalmente, y de cierta forma terminaron de criar a esa niña, la han visto crecer, llorar, reír y incluso enamorarse aunque ella no lo quiera aceptar
-Mi niña te ves hermosa!-dijo Effie-¿Verdad Haymitch?-
-Si, la más linda de todo Panem-dijo él
Yelena sonrió y se despidió de todos, ya tenía que irse, se reunió en la entrada del edificio con los demás vencedores para irse juntos, un vehículo los llevó a una terraza a las afueras de la ciudad en la cual ya estaban los cenadores, algunos con sus esposas y muchos otros iban solos, la asistente del presidente se llevó a las chicas y a los chicos para reunirlos con sus compradores y compradoras, mientras que Yelena se quedaba en la entrada del lugar esperando a Dylan
-Para ti-una rosa apareció frente a ella
-Gracias, es muy linda-dijo ella
Dylan estaba junto a ella y le sonreía de una forma muy espléndida
-Eres más linda tú, hoy seré la envidia de todos los hombres por tenerte conmigo-dijo él
-Una vez más, gracias-dijo Yelena
-Yelena Clark no sabes cuanto deseaba este momento-confesó Dylan
La chica frunció el ceño y lo miró como si él fuera un loco que planeaba algo extraño, Dylan se dio cuenta de eso y rápidamente le explicó porque deseaba ese momento, el solo quería poder compartir una velada o momento agradable con ella, disfrutar de su compañía sin necesidad de acostarse con ella, él solo quería...
-Conocerte, quiero conocer a la verdadera Yelena-dijo Dylan
-Ya la conoces-dijo ella
-No, me refiero a la chica que... qué nombre Ángel del Capitolio, la Yelena que salió victoriosa de los juegos y volvió a casa-explicó Dylan
La vencedora del doce lo miró por unos breves segundos y no supo cómo decirle que esa Yelena ya no existía porque Snow se había encargado de destruirla y convertirla en alguien más, alguien que era controlada y que le tenía miedo a la soledad, no supo cómo confesarle eso a Dylan y prefirió no intentar decírselo, no valía la pena hacerlo, la asistente del presidente se acercó a ellos para decirles que ya debían entrar, Dylan extendió su brazo y Yelena se enganchó a él mientras formaba una sonrisa en su rostro, entraron y enseguida fueron el centro de atención, muchos murmuraron molestos por ver qué Yelena lo acompañaba a él, muchos otros solo siguieron en sus pláticas
-Debo admitir que se ven bien-dijo el señor Miles
-Si pero mi nieto jamás andaría con ella, él sabe que debe buscarse a alguien mejor-dijo Snow
-¿Alguien mejor?-cuestionó el festejado
-Si, una mujer que aún sea pura-se burló Snow
-Oh claro! Esa chica de inocente solo tiene el apodo de Angel-rio Miles
Finnick estaba sentado cerca de ellos y logró escuchar a la perfección cómo hablaban de Yelena, la ofendían aún sabiendo que lo que ella hacía no era por voluntad propia, lo hacía para sobrevivir, lo hacía para salvar a las únicas personas que aún estaban con ella, a esas personas que quería y que no podía perder. El rubio apretó los puños y centró su atención en la mujer que él acompañaba esa noche, Yelena y Dylan se sentaron junto a él y brindaron junto con los demás, escucharon algunas palabras de los cenadores para felicitar a Dylan en su iniciación en aquel grupo de política, también felicitaron al señor Miles por su cumpleaños y después de un par de horas la reunión termino, Yelena estaba sentada mirando como algunos hombres estaban extremadamente ebrios
-Yelena ayúdame por favor-suplico Johanna
La chica del siete se sentó a su lado con los nervios recorriéndole el cuerpo y el miedo marcado en los ojos
-No quiero irme con Miles, es un cerdo!-dijo Johanna
-Pero... ¿que puedo hacer yo?-cuestiono Yelena-Johanna lo lamento pero no puedo ayudarte-
-Diles que me sentí mal, diles que tú puedes reemplazarme-balbuceó Johanna
Yelena estaba por responderle que lo haría pero alguien más apareció frente a ellas, con una sola mirada les hizo saber a las dos que no cambiaran de lugar
-Señorita Mazon la están esperando, debe irse ya-dijo Snow
Johanna se puso de pie y lentamente caminó hacia el auto de Miles, Yelena la vio irse y sintió un nudo en su estómago, ella sabía lo difícil que era para Johanna hacer esto, pero también sabía que en algún momento terminaría resignándose, Dylan apareció con un abrigo para ella y luego le dijo a su abuelo que ellos se irían en su auto, Snow se despidió de su nieto y a Yelena solo le dio una mirada fría, Dylan la llevó al centro de tributos y le dijo que la acompañaría hasta la puerta de su departamento, salieron del elevador y antes de que la chica entrara al departamento él la tomó de la mano llamando su atención
-Gracias por acompañarme hoy-dijo Dylan
Ella le sonrió y asintió, intentó darse la vuelta pero él no la dejó, tenía algo más que decirle
-Me preguntaba si tú... tal vez algún día ¿quisieras salir conmigo?-preguntó él
-Bueno yo vuelvo a mi distrito pasado mañana así que...-hablo Yelena
-Por favor acepta-pidió él y ella asintió-Pasó por ti mañana a las 4:00, adiós-
Dylan besó su mano y ella sonrió una vez más, entró al departamento y al igual que cada noche se encontró con Haymitch en la sala pero esta vez estaba despierto, tenía una taza de café entre las manos y en la mesa del centro había otra, Yelena se acercó al sillón y se sentó mientras agarraba la taza de café y le daba un trago, Haymitch la miraba y buscaba algún rastro de incomodidad o cansancio en ella per no lo encontró
-Me invito a salir-dijo Yelena-Y yo acepte-
-Ten mucho cuidado con lo qué haces mocosa, podrías meterte en problemas muy graves-dijo Haymitch
-Ya estoy en problemas, las cosas que hago me preceden-respondió ella
Haymitch asintió de acuerdo a sus palabras pero una vez más le repitió que tuviera cuidado, era arriesgado que se involucrara con Dylan ya sea en una amistad o en algo más
-No quiero perderte, no lo soportaría-dijo Haymitch
-No lo harás, tendré cuidado lo prometo-dijo ella
-Te quiero mocosa, buenas noches-finalizó Haymitch
Él subió a su habitación y minutos después ella hizo lo mismo y después de cambiarse y quitarse el maquillaje se tiró en su cama, afortunadamente logró dormirse enseguida evitando así que sus pensamientos la invadieran y la pusieran intranquila.
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El Vencedor-The Hunger Games
FanfictionUna nación formada por 12 distritos y el Capitolio. Cada año se celebra una competencia a muerte para recordarles a todos los habitantes de Panem los días oscuros, para recordarles la guerra, 24 tributos luchando a muerte para que al final solo uno...