Capitulo 9

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Chad la miraba con pena mientras hacía su trabajo de arreglarla, él ya sabía lo que Yelena tendría que hacer después de esa noche y al igual que Haymitch y Effie se sentía mal por esa pequeña chica de quince años
-¿Quieres que planche tu cabello o te hago rizos?-preguntó Chad
-Lacio-dijo ella-Creo que a Finnick le gustará así-
-¿A Finnick? No sabía que querías llamar su atención-dijo Chad
-No es lo que piensas, el presidente ordenó que me divirtiera con Finnick hoy-respondió Yelena
Chad se quedó callado asintiendo, planchó el cabello de Yelena, la ayudó a colocarse el vestido, era de color blanco con destellos brillantes, largo y con tirantes delgados, se puso unas zapatillas de tacón bajo y finalmente Chad se hizo a un lado para que ella pudiera mirarse al espejo y observar lo linda que se veía, salieron de la habitación y bajaron al primer nivel del departamento
-Miren eso!-exclamó Effie-Te ves hermosa cariño!-
-Estás muy linda-alago Haymitch
Yelena sonrió y agradeció, todos juntos salieron del centro de tributos y se fueron a la mansión presidencial, al entrar Yelena quedó maravillada con todo lo que había, grandes mesas llenas de banquetes de comida, cientos de platillos diferentes, había muchas personas y todos intentaban acercarse para hablar con ella pero Effie se encargó de mantenerla alejada de todas aquellas personas molestas, su equipo de preparación le ofrecieron una copa de vino pero ella se negó, Haymitch por otro lado le arrebató la copa a Wells y se la bebió de un solo trago, le sonrió a Yelena y luego le señalo algo detrás de ella, se giró lentamente y al hacerlo se encontró con la imagen de Finnick acercándose a ella
-Yelena, Haymitch-saludó el rubio-¿Quieres bailar?-
-Claro-dijo ella
Se tomaron de la mano y caminaron juntos a la pista de baile, comenzaron a bailar al ritmo de la canción lenta y Yelena pudo sentir como la mano de Finnick acariciaba su cintura sutilmente
-¿Que estás haciendo?-preguntó ella
-Es un claro intento fallido de tranquilizarte-rio Finnick-Los dos sabemos lo que tenemos que hacer esta noche-
-Entonces ya no le demos más vueltas a esto, cumplamos con las órdenes de Snow-respondió ella
Dejaron de bailar y caminaron lejos de la pista de baile, se acercaron a una de las mesas y comieron algunos bocadillos, hubo un momento en el que Yelena se quedó sola ya que Finnick le dijo que tenía que conseguir algo importante, probó una rebanada de pastel relleno de frutos rojos, tomó una servilleta y limpió su boca
-Deberías probar el de chocolate blanco-dijeron a su espalda
Se giró rápidamente y se encontró con un chico alto de cabello platinado y facciones muy definidas, brazos fuertes y un poco de barba casi imperceptible
-¿Y tú eres...?-preguntó Yelena
-Soy Dylan Snow, nieto del presidente-respondió él
Yelena trató de sonreír pero en realidad sólo consiguió hacer una mueca
-Es un placer conocerte ángel-dijo Dylan
-Así que tú eres el chico que me puso ese apodo-concluyó Yelena
-Si, es un buen apodo para ti-dijo Dylan
Ella detuvo a uno de los meseros y le quitó una copa de vino, cuando el mesero se retiró Yelena no lo dudó y se bebió el vino igual que Haymitch, de un solo trago, estaba segura que lo necesitaría para lo que estaba por hacer, sintió una mano en su cintura y luego vio a Finnick junto a ella una vez más
-Todo listo, cuando quieras-dijo Finnick
-Finnick Odair-dijo Dylan-No sabía que estarías aquí tan pronto-
-Dylan, mi viaje se adelantó ya que tengo que acompañar a Yelena ¿verdad linda?-dijo Finnick
La chica del doce asintió, se acercó al oído de Finnick y le susurró que era hora de irse, el vencedor del cuatro sonrió en dirección a Dylan y luego acarició la mejilla de Yelena asintiendo ante sus palabras, se dieron la vuelta y se alejaron de Dylan y de la fiesta, salieron al jardín y luego Finnick la guió a la entrada del lugar donde un auto ya los esperaba para llevarlos al centro de tributos, al llegar entraron al edificio y subieron al elevador en completo silencio, Finnick sostenía la mano de Yelena con fuerza y dejaba suaves caricias en ella
-Nos están observando-dijo Finnick-Snow quiere asegurarse que cumplamos-
-¿Nos verán hacerlo?-preguntó ella
-No, pero los guardias le dirán o incluso los avox-respondió él
El elevador se detuvo en el piso doce, entraron al departamento de Yelena y subieron las escaleras para ir a la habitación de la chica, al entrar Finnick se aseguró de cerrar la puerta con seguro mientras que Yelena se sentaba en la cama y lo observaba, el rubio se acercó a ella lentamente y al estar de frente se puso de cuclillas y la tomó de la mano
-Yelena prometo que tendré cuidado-dijo Finnick
-Estoy nerviosa-dijo Yelena
-Cierra los ojos-susurro Finnick
La chica hizo lo que él le dijo y segundos después sintió como Finnick presionaba sus labios con los de ella en un cálido beso, bajo el cierre del vestido y con cuidado la recostó en la cama aun sin separar sus labios, la beso, la acarició y con cuidado la hizo mujer. Entre las mujeres del Capitolio había muchas platicas en las cuales Finnick sobresalía como un buen amante pero esa noche con Yelena, fue totalmente diferente a cualquier otra, la escuchó decir su nombre entre suspiros y gemidos ahogados, sintió cada parte de su cuerpo conectar con el suyo y por primera vez sintió que era algo especial.
Al amanecer Finnick despertó y vio a Yelena dormida a su lado, le retiró algunos mechones de cabello de la cara con su dedo índice, provocando que ella comenzara a despertar, se miraron a los ojos y sin poder evitarlo Yelena recargó su cabeza en el pecho de Finnick, él acarició su espalda desnuda y segundos después escucharon mucho ruido proveniente de afuera de la habitación, los demás ya estaban despiertos y eso significaba que ellos también debían levantarse, Yelena envolvió su cuerpo en la sabana y caminó hacia el baño mientras que Finnick se cambiaba y la esperaba, cuando la chica salió del baño se encontró con la mirada del rubio sobre ella
-¿Como te sientes?-preguntó él
-Estoy bien, me duelen un poco las piernas pero todo bien-dijo ella
Finnick sonrió y se puso de pie, observó a la chica frente a él y supo que a partir de ese momento ellos dos serían algo más que simples conocidos, tendrían un vínculo muy especial, Yelena terminó de arreglarse y salieron de la habitación para bajar a desayunar con los demás, al llegar al comedor fueron recibidos por las curiosas miradas de Haymitch y Effie
-Buenos días-saludo Yelena
-Buen día cariño-dijo Effie-Finnick, siéntense para desayunar juntos-
-Tenemos que hablar, los cuatro-dijo Haymitch
Los otros tres asintieron y se dedicaron a escuchar a Haymitch, él tocó el tema de lo que Yelena tendría que hacer y fue un momento demasiado incómodo, no era fácil hablar de algo así pero debían hacerlo, tenían que hacerlo
-Tienes que aprender a cuidarte, no arruines tu vida con un bebé y menos si es producto de estos servicios-dijo Haymitch
-Yo me encargaré de conseguirte unas pastillas especiales en eso-hablo Effie
-Quiero reiterarles que yo estaré al tanto de ella, la cuidaré-dijo Finnick
El mentor y la mujer capitolina asintieron, estaban preocupados por ella y con justa razón, esa niña había logrado ganarse el cariño de ambos en tan poco tiempo y era difícil no preocuparse por ella, la querían y mucho. Los días siguientes fueron difíciles, Snow le envió un papel con el nombre y la dirección de la persona con la que tenía que estar, después de eso podría volver a su distrito
-Andrew Sinc-leyó Yelena-¿Lo conocen?-
-Es un idiota presumido, fue uno de tus patrocinadores-respondió Haymitch
-Parece que esta noche me cobrara el favor de los paracaídas-dijo Yelena
Haymitch apretó los puños y decidió retirarse, no quería estar presente cuando ella saliera del departamento para encontrarse con Andrew, su equipo de preparación hizo su trabajo y Effie se encargó de acompañarla hasta la puerta del auto que la llevaría con su comprador, una casa lujosa la recibió y al entrar se reunió en el comedor con Andrew, cenaron y después la invitó a pasar a la sala
-En la subasta mencionaron que ya no eres tan pura como todos creíamos-dijo Andrew
Yelena trago saliva y se quedó callada, en ese preciso momento estaba deseando con todas sus fuerzas salir corriendo, pero no podía hacerlo
-¿Quien fue el primero? Dímelo!-exclamó Andrew
-Finnick Odair-respondió ella
Andrew sonrió con arrogancia y murmuró algo sobre hacer un mejor trabajo que Finnick, se lanzó sobre Yelena y sin pudor alguno la obligó a estar con él... Le lanzó un par de billetes al rostro y luego la observó ponerse el vestido color dorado que ahora tenía uno de los tirantes roto
-Aunque no fui el primero disfruté mucho hacerlo contigo linda-dijo Andrew
-Debo irme-susurró Yelena
-Nos volveremos a ver, tenlo por seguro!-dijo Andrew
Yelena salió de la casa a paso rápido y subió al auto que la llevaría de regreso al centro de tributos, ya era de madrugada, tal vez las cuatro o las cinco de la mañana, entró al departamento y vio a Haymitch sentado en la sala mirándola
-Te estaba esperando-dijo él mentor
-No tenías que hacerlo-dijo ella
-Effie te dejo una pastilla en el buró de tu cuarto, tómatela-dijo Haymitch-Buenas noches mocosa-
Después de eso se acercó a ella y le besó la frente mientras intentaba sonreírle para aligerar el ambiente, el mentor se retiró a su habitación dejándola sola en la sala, quería detenerlo y decirle que no la dejara sola pero sabía que Haymitch aún no terminaba de asimilar la situación y aunque no lo dijera, sabía que le costaba trabajo verla y saber lo que le estaban haciendo, era difícil de soportar, al día siguiente abordaron el tren y volvieron al distrito doce dando por terminado aquel espantoso viaje, aunque pronto tendrían que volver para los siguientes juegos.

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