𝑨𝒄𝒕𝒐 𝑰𝑿

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Muevo mis piernas en la cama y volteo para acomodarme

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Muevo mis piernas en la cama y volteo para acomodarme. Mis manos se colocan encima de algo, así que abro lo ojos con rapidez viendo a Albedo al lado de mi.

—¿Q-que ha pasado aquí? Maldigo mis acciones cuando bebo.— hablo en voz baja, me acerco hasta él dejando que mi cabello baje por mi espalda desnuda.

Veo su lindo rostro dormido y su cabello tapando su cara, así que lo muevo con cuidado.

— ¿Que hiciste ayer Albedo?— susurro con amor— Siempre pasa algo contigo sin que sepa.— pongo mi mano en la otra esquina para observarlo más de cerca.

Se me acelera el corazón cuando sus ojos se abren y se percata de mi presencia.

— Buenos días.— su delicada voz hace sonrojarme.

— B-buenos días.— veo como su mirada baja así que hago lo mismo. Abro los ojos y me tapo con las manos rápidamente los pechos— ¿S-se puede saber el porqué estoy sin ropa?

— Ayer te vomitaste encima. Tuve que quitarte la ropa ya que no querías hacerlo.— alza la manta y la pone contra mi— Descuida, no hice nada malo.

— Quiero el por qué siempre estás involucrado cuando bebo. No recuerdo mucho de ayer, pero me acuerdo totalmente de como te golpeé.— sujeto con fuerza la manta— No quería hacerlo, se alborotaron todas mis emociones.

— Era la primera vez que me golpeaban de esa manera.— siento su mano pasar por mi cabello por la zona de mi oreja. Dejo que me guíe hasta él para verlo a los ojos.

— Lo siento mucho.— deslizo mi mano por su abdomen para equilibrar mi peso— ¿Aún te duele?— toco su mejilla, pero agarra mi mano de repente— ¿Albe...? ¡Ah!— me empuja y caigo en su pecho.

— Me dijiste que me ayudarías en mi investigación. Hoy te necesito en el laboratorio.— asiento sin hablar— Iré a casa para ver cómo se encuentra klee y tú me puedes esperar allá. No sin antes bañarte.— levanto una ceja.

— ¿Me estás diciendo que huelo mal?

— Hueles a alcohol.

— No tenías que decírmelo.

— Tengo muchas cosas que hacer.

— ¿Realmente eres el Albedo real?— lo sigo con la mirada cuando se levanta. Mira por encima de su hombro y vuelve a girar, se sienta frente a mi y toma mi mano.

— Esto lo demuestra.— controla mis movimientos hasta su cuello para sentir su marca.

— Me había olvidado de eso. Creo que como eras el único ya no prestaba atención a eso.— paso mi dedo por la marca.

— Entonces préstame más atención de ahora en adelante. No querrás confundirte nuevamente.

Aparto la mano rápidamente y me quedo espectando todo de él.

In the dustDonde viven las historias. Descúbrelo ahora