Tropezar contigo fue como una perdición de la cual no puedo escapar. El verdoso de tus ojos me envuelve en una adicción catastrófica de emociones que me impide sentirme libre. Hasta que me cruce en tu camino comprendí muchas cosas que oculte en lo m...
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Siempre he querido saber cómo soy desde la perspectiva de otros ojos, pues hace mucho, era una extraña tratando de averiguar de que era capaz. Me atrevo a decir que he cambiado y he florecido, tampoco el tiempo podrá ocultar las heridas externas que sufre mi piel.
— Hey, ¿Por qué estamos nuevamente aquí?— miro la nieve de afuera y me siento en la silla— Llevamos mucho tiempo sin venir.
— Esa es la cuestión.
— Si viniste a experimentar es mejor que me vaya para no molestar.— se gira a mi.
— Justo a ti te necesito.
— ¿No me digas que quieres volver a experimentar conmigo?— me apreto más en la silla.
— Es algo importante que tengo que decirte.— albedo parece serio una vez habla.
— Estás muy serio, ¿Que ocurre?— toco su mano.
— Es acerca de tu origen y la razón de esa forma que tienes.— con intriga lo miro— ¿Quieres saber que eres en realidad?
— Deseo saber quién soy realmente.— mi decisión ya estaba tomada.
Albedo parece prepararse para hablar, cosa que me pone tensa y curiosa por sus expresiones.
— Hay muchos descubrimientos por averiguar en un mundo tan grande y desconocido. Siempre buscando algo nuevo que descubrir.— confusa sigo escuchando— En está época se nos compara con la reproducción y estilo de vida de un animal.
— ¿A qué punto quieres llegar? No estoy entendiendo.— paso mi dedo por mi cabeza.
— Eres un experimento de los humanos tratando de combinar células de animal en un cuerpo humano.— abro los ojos y miro mis manos— Parece que un experimento exitoso.
— ¿Qué estás diciendo?— abro la boca para protestar hasta que me callo.
— Eres una creación.
— Es que no recuerdo nada de eso por qué lo único que está en mi cabeza son los recuerdos con mi madre.— me detengo en llanto— ¿Eso también fue una mentira?
— Creo que querían estudiarte con la interacción humana.— cierro los ojos.
— ¿Por qué me lo dices ahora?— albedo toca mi mejilla.
— Es un día especial.
— ¿Un día especial? ¿Que celebramos hoy?— seca las lágrimas de mis ojos— No recuerdo nada que sea festivo hoy.
— Es nuestro aniversario.— doy una cálida sonrisa de vergüenza.
— No soy muy buena acordándome de fechas.— quito su mano percatandome que tiemblan mis manos.
— Estás temblando, ¿Estás bien?— me levanto justo frente a él.
— ¿Eso no te importa? Que sea un experimento que no es real.— sus ojos me analizan, pero termina abrazándome.
