—¿Quieres que conquiste cada parte de ti?— se me dibuja una sonrisa traviesa.
— Que enigma más problemático eres, Albedo.— tenso mis muslos en la manera rápida en que siento mi entrepierna húmeda.
— ¿Por qué haces eso?— muerdo mi boca cuando sujeta mi muñeca.
— P-por nada.
— Quiero saber más sobre esto que las personas llaman placer. Ese es mi propósito ahora.— lamo mis labios en busca de aumentar mi seguridad.
— ¿Quieres saber de verdad?
— Me han dicho como crear una vida y quiero probarlo.— lo miro a los ojos con lujuria— Ayúdame.
— He querido esto hace mucho tiempo.— uno nuestras bocas en un atrevido beso de lengua que se transforma en algo más dominante.
Pongo mis manos alrededor su cuello mientras Albedo intenta seguirme el paso poniendo sus brazos en mi cintura. Abro mi boca y hago que nuestra distancia sea menor al poner mi pecho contra el suyo.
— Lo que estás a punto de descubrir no te servirá para tu maldito experimento. Haré que el experimento venga a ti.— froto mi pierna en su miembro haciendo que un jadeo se escape de mi boca.
— Ese es el punto de todo esto.— su calmada voz me pone los pelos de punta.
— Te diré un secreto.— me acerco a su oreja— Tus dedos no es lo único que quiero dentro de mi.
— ¿Que más quieres?
— Esto que está aquí.— bajo mis manos a su entrepierna— Esa es la función para crear una vida. Solo que tiene que estar dentro de mi.
— Lo haremos.
— Sé amable conmigo.— deslizo mi dedo por su cierre y saco su miembro.
Quito la bufanda de mi cuello de un tirón por la falta de aire. Muevo mis bragas a un lado e inserto su bulto dentro de mi. Intento meterlo despacio y con cuidado a qué mis músculos se acostumbren.
— T-te sientes muy caliente dentro.— albedo habla con un jadeo sobresaliendo de su boca.
— Tengo que ir despacio.— equilibro mis manos en sus hombros para bajar y subir al ritmo de mis respiraciones.
Albedo buscando que sujetar me agarra de los muslo con fuerza, cosa que sonrió por su expresión. Paso mi mano por atrás de su cuello y deshago sus trenzas con mis dedos, dejando que su pelo caiga.
— Eres como un príncipe.— gimo al bajar de momento y tocar ese punto débil dentro de mi.
— Soy una persona común.
— Comúnmente perfecto ante mis ojos.— acaricio su mejilla— Dame una oportunidad de hacerte feliz.— muerdo la comisura de su boca con mis dientes, algo que Albedo me besa para seguirme el juego.
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In the dust
Hayran KurguTropezar contigo fue como una perdición de la cual no puedo escapar. El verdoso de tus ojos me envuelve en una adicción catastrófica de emociones que me impide sentirme libre. Hasta que me cruce en tu camino comprendí muchas cosas que oculte en lo m...