CAPÍTULO 6

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Las dos semanas siguientes pasaron más lentas de lo que me gustaría. Todos los días trataba de estar con mis hermanos y mi madre porque tenía miedo. Tenía miedo de que los condenaran y los encerraban en Azkaban.

Por suerte, Harry iba a testificar en el juicio. Cuando me enteré de eso me puse furiosa porque a él si que le dejaban testificar y a mí no, pero me dijo que no iba a decir nada que pudiera perjudicar a mi madre y mis hermanos y con eso me calmaba un poco.

Hermione se encargaba de tranquilizarme y repetirme que todo iba a estar bien y que no iban a condenarlos, pero mi cabeza seguía dando muchas vueltas con respecto a eso. Durante estos días no tenía nada más en la cabeza, no podía pensar en nada más.

Llegó el día del juicio y Hermione y yo nos estábamos vistiendo para ir al juzgado. Las manos me temblaban considerablemente de los nervios.

̶ Deja que te ayude ̶ dijo Hermione cogiendo mi camisa y abrochándola ya que yo no podía abotonarla ̶ tienes que estar relajada amor, todo va a estar bien.

̶ Gracias ̶ susurré cuando acabó ̶ pero no puedo evitarlo Her, es que no sé que haré si los llevan a la cárcel. Ellos no querían unirse a él, Lucius los obligó.

̶ Lo sé ̶ aseguró Hermione acomodando el cuello de la camisa ̶ y estoy segura que el jurado también lo sabe, tenemos que confiar ¿vale?

̶ Está bien ̶ murmuré y abracé a la castaña ̶ gracias por estar conmigo.

̶ No tienes por qué, estamos juntas en esto ̶ comentó abrazándome de vuelta ̶ vamos, hemos quedado con Harry y Ron en el ministerio.

Asentí y salimos de casa para andar hacia el ministerio. Por suerte, nuestra casa estaba a más o menos 15 minutos andando, así que estaba cerca.

Cuando llegamos, vimos que Ron y Harry ya estaban esperándonos mientras hablaban. Nos acercamos a ellos y al vernos nos abrazaron.

̶ ¿Estás lista? ̶ preguntó Ron poniendo una mano en mi hombro.

̶ La verdad es que no ̶ contesté sinceramente ̶ estoy muy nerviosa. Harry, ¿ya sabes lo que vas a decir?

̶ Así es, pero me han dicho que no lo puedo decir fuera de la cámara ̶ se excusó el azabache.

̶ No importa, confío en ti, Harry ̶ dije sonriéndole.

̶ Vamos, es la hora ̶ anunció Hermione mirando su reloj.

Entramos por la puerta de la cabina telefónica, la misma por la que entramos en 5º año y apareció la misma voz irritante que habló entonces. Bajamos hasta llegar al piso donde estaban los juzgados y vi a mis hermanos y a mi madre, todos perfectamente arreglados.

̶ Madre ̶ la llamé acercándome a ellos y abrazándolos ̶ no os preocupéis, todo va a estar bien.

̶ Seguro que sí, hija ̶ comentó mi madre con una sonrisa tranquilizadora.

Un hombre del jurado dijo que podíamos entrar a la sala. Le di un último abrazo a mi familia y los vi entrar por la puerta para los que eran juzgados. Hermione me cogió la mano y me condujo a las gradas para los espectadores.

Entró el ministro y después entró Lucius Malfoy con la ropa de prisionero de Azkaban acompañado por algunos guardias del ministerio. Se veía en muy mal estado, y eso que solo llevaba unas semanas en la prisión, pero me daba igual lo que pasara con él.

̶ Comienza el juicio contra la familia Malfoy por sus crímenes por colaboración con el señor oscuro, asesinato y secuestro ̶ anunció el ministro.

Durante la siguiente hora, los jueces intercambiaron palabras sobre las versiones que tenían ellos, debatían todo el rato sobre si eran culpables o no, o si era verdad que Lucius les había obligado a ser mortífagos. 

No me importa la sangre (2ª parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora