No me importa la sangre (2ª parte)

CAPÍTULO 15

15 años después

Resumiendo un poco estos 15 años, ha pasado de todo, pero al menos todo eso era bueno, o al menos la mayoría de cosas.

La familia que habíamos creado Hermione y yo se había ampliado. Después de Rose, esperamos un par de años y volvimos a usar la misma poción. Hermione se volvió a quedar embarazada y tuvimos a Sirius Malfoy Granger, un castaño de ojos color azul cielo, podría decirse que era como la versión en chico de Rose, pero solo físicamente. Tras volver a esperar otros dos años, quisimos ir a por nuestro tercer hijo, pero en lugar de tener uno, tuvimos a nuestros gemelos Dylan y Emma, ambos rubios con ojos color miel como los de Hermione.

Nuestra familia era perfecta, seguíamos viviendo en la misma casa de siempre. Teddy seguía viviendo con nosotras debido a que mi tía Andy se había ido a vivir a Estados Unidos y el chico no había querido irse de Londres y para nosotras era una alegría tenerlo en casa, aunque ya fuera mayor y tuviera 21 años.

Desperté por la mañana y al abrir los ojos vi a Hermione todavía durmiendo con su cabeza en mi pecho y su brazo rodeando mi cintura, algunas cosas nunca cambiaban por mucho que pasara el tiempo.

Miré el reloj que había en mi mesilla y eran las 8 de la mañana. Hoy era 1 de septiembre y mis hijos tenían que volver a Hogwarts, aunque en el caso de Dylan y Emma, este era su primer año en el colegio.

Sirius iba a empezar 3er año y Rose ya iba por su 5º año. Era increíble lo mayores que se hacían en tan poco tiempo. Recuerdo la cara de ambos cuando montaron en el tren por primera vez. Rose estaba muy asustada por no saber en qué casa iba a estar y Sirius... bueno, él estaba más bien tranquilo porque él es así.

Al final resultó que Rose había quedado en Ravenclaw y Sirius quedó en Slytherin, aunque yo había apostado con Hermione a que nuestro hijo sería Gryffindor, pero bueno, solo tuve que hacer lo que ella dijera durante una semana y no fue tan malo... en algunos sentidos.

Saliendo de mis pensamientos y viendo que mi esposa no se iba a despertar pronto y sabiendo que iba a despertar con mucha hambre, me levanté sin moverla mucho y bajé a la cocina para hacer el desayuno de todos. Mientras cocinaba, oí que entraban a la cocina y al girarme era mi pequeña Emma.

̶ Buenos días mamá ̶ saludó acercándose a mí y dándome un beso en la mejilla.

̶ Buenos días princesa ̶ la saludé de vuelta ̶ ¿estás emocionada por ir a Hogwarts?

̶ ¡Mucho! ̶ exclamó y reí suavemente ̶ Dylan y yo estuvimos hablando de todo eso ayer. También pensamos que menos mal que Lily, Mateo, Estef y Karla también estarán con nosotros en el mismo año, si no... estaríamos solos.

̶ Bueno, puede ser, pero en Hogwarts en seguida haces amigos ̶ le aseguré dándole su cuenco de cereales con leche ̶ mira a tu madre, no conocía a nadie y enseguida hizo amigos. Harry, Ron y yo por ejemplo.

̶ El tío Harry y el tío Ron nos dijeron a Dylan y a mí que no erais como otras amigas porque os comíais con la mirada ̶ admitió y la miré con las cejas alzadas. Yo a estos los mato por decirles esas cosas a mis hijos ̶ ¿cómo se come a alguien si las personas no se comen? ¿Y cómo se come con la mirada si se tiene que comer con la boca? ¿Y por qué tú te comías a mami siendo que la quieres, no deberías cuidarla en vez de comértela?

̶ Te lo explicaré cuando seas mayor ̶ contesté enseguida ̶ son cosas de mayores.

̶ ¿El qué le explicarás? ̶ preguntó Rose apareciendo por la puerta ̶ buenos días.

̶ Buenos días princesa ̶ dije y la adolescente me dio un beso en la mejilla.

̶ Mamá me explicará cómo se puede comer a alguien con la mirada y por qué ella se comía a mami siendo que debería cuidarla ̶ explicó Emma de forma inocente y mi hija mayor me miró queriendo reír, pero negué con la cabeza advirtiéndola ̶ Rose, ¿tú sabes cómo se come a alguien con la mirada?