Capitulo IV: "¡Cuidado!"

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Me fui a dormir, al menos eso intenté hasta que me levanté con ganas de ir al baño; cuando me levanté, oí un grito, algo caer y romperse, luego, un disparo.

─Mierda, Jonier, Luis─ Grité; no hubo respuesta.

─Mierda…─ Pensé. Luego corrí donde escuché el disparo, luego lo que vi me heló la sangre.

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Lo que vi era una carnicería, sangre por todos lados, y dos cuerpos sin cabeza colgados de la pared.

─Esto no puede ser cierto, no puede…─ Rompí en llanto.

Esos cuerpos, decapitados, uno de ellos llevaba un disparo en el pecho, esos cuerpos eran nada más y nada menos que mis primos, ¿Quién los pudo haber matado? ¿Juan?; si ha sido él, las pagará y muy caro…

─Luis… Jonier… ¿Quién mierda les hizo esto? Juro que le haré pagar, lo juro.

─¿Ah sí?─ Era la voz de Juan; provenía de la cocina.

─¡Tú!─ Grité─ Joder, que lo vas a pagar.

Me abalancé sobre él, mala idea, pues luego de caer sobre él, sentí un fuerte dolor en el estómago, me toqué tenía un cuchillo atravesaba mi piel; salía mucha sangre, caí de rodillas.

─Agh…Hijo… De…─ Fue lo último que salió de mi boca antes de que mi cabeza impactara el suelo.

Di un salto en la cama, todo fue una pesadilla, instantáneamente me levanté a ver como estaban mis primos y… Juan, fui a sus habitaciones y estaban durmiendo; aunque al parecer Juan no estaba en el sillón, la luz del baño estaba encendida así que supuse que estaría allí, tenía hambre fui a la cocina a ver que había en el refrigerador, busqué y busqué hasta que encontré un envase mediano de… de arequipe.

─Yeeha arequipe, manjar de dioses─ Susurré mientras leía la fecha de caducidad─ Y se puede comer aún.

Oh por Dios, amo el arequipe, es lo más delicioso que existe, al menos para mí, no había nada mejor que arequipe a media noche, cerré el refri, me recosté sobre él y empecé a comer; luego de un par de cucharaditas oí unos ruidos extraños, levanté la vista y estaba frente a mí, mirándome raro.

─¿What’s up nigga, quieres?─ Pregunté extendiéndole la mano donde tenía el arequipe.

Vi sangre bajar por su brazo, y una marca que parecía una… Una mordida, demonios, estaba mordido y se convirtió en uno de ellos.

─Hey Juan, ¿Sigues ahí?─ Vaya pregunta estúpida.

Solo se quedó viéndome, luego golpeó mi mano e hizo que se cayera el envase, justamente boca abajo.

─Ahora si sacaste boleto hijo de la chingada, ¿Osas meterte con el gran Alex y tirar su arequipe? Oh muchacho, que error tan grande, tolero que maten a mis primos, que me maten a mí, pero el arequipe… el arequipe es sagrado…

Salté sobre él y lo derribé, me levanté y empecé a patearlo.

─Hijo de tu pinchi madre, ¡Respeta el arequipe¡

Luego puse mi pie sobre su cabeza, y me paré sobre ella, inmediatamente se rompió y esparció todo lo que había dentro de ella.

─Eso te pasa por tirar el arequipe imbécil─ Luis y Jonier me observaban desde la sala.

Recogí el envase, todo el arequipe estaba en el suelo.

─Demonios, esto no puede ser verdad.

Corrí y pateé la entrepierna del cadáver.

─!Puto insensible¡─ Le grité, Luis y Jonier soltaron una carcajada.

─Ahora lo limpias idiota.─ Dijo Luis

─Lo limpiarás tú, yo no lo haré, mejor vamos a dormir, total mañana nos vamos.

─Okay─ Respondieron a coro.

─Ya estúpidos dejen de hacerlo, ya me estresan.

Se miraron, soltaron una leve sonrisa y respondieron a coro.

─Ay, bueno.

─Ay a la mierda.

Luego de esto, los tres nos fuimos a dormir.

A la mañana siguiente, subimos todo al auto, dejamos unas pocas provisiones en la casa por si alguien la ocuparía después, después de todo eso tomamos camino a la capital, de nuevo; luego de un rato de viaje vimos el letrero de un pueblo cercano.

─Alex ¿Y si entramos a ese pueblo?─ Dijo Luis

─No estaría de más, tal vez encontremos algo que nos sirva mucho.

─Vale, vamos…

Entramos al pueblo y empezamos a recorrerlo, no habían muchos zombies, estaba todo, ah, muy calmado; luego de recorrer el pueblo un rato, vimos el mejor letrero que alguien podría ver en un apocalipsis.

“Armería”

─¡Oh si bebé!─ Grité, aparqué frente de la armería.

Bueno muchachos, ya saben qué hacer, disparar a discreción, tomen  un SMG y un arma de mano; Luis tomó una F50 y el revolver .38, Jonier tomó un MP5 y la Beretta, yo tomé mi Glock y mi SCAR; una vez nos equipamos con las armas y munición fuimos a la puerta.

─¿Listos muchachos?─ Asintieron con la cabeza, pateé la puerta y… Vimos el paraíso, armas, muchas armas, desde cuchillos para lanzar, arcos y flechas, hasta SPAS 12 y rifles de precisión, iba a entrar en un shock hasta que algo me devolvió a la realidad, era nada más y nada menos que el ruido de una estruendosa alarma.

─Pero que mierda…

─¡Alex joder, todo se va a la mierda!─ Gritó Jonier.

─¡Lo sé imbécil, también lo noté!─ Disparé a la bocina de la alarma, esta dejo de sonar, solo para darle paso a gruñidos, muchos gruñidos; miré por la ventana y habían cientos de ellos, a saber de dónde putas salieron.

─Esto es malo, muy malo─ Dijo Luis.

─¿Ay de verdad?─ Dije sarcásticamente.

─Pues sí, fíjate─ Respondió con un atisbo de rabia en sus ojos.

─Rápido, cierren la puerta, y disparen a todos los que puedan con lo que puedan desde la ventana.

Empezamos a disparar desde la ventana, entre más zombies matábamos, más salían; después de un rato ya no me quedaban balas en la SCAR, tomé lo primero que vi, una SPAS 12, bastante linda por cierto, y empecé a disparar de nuevo; luego de un momento oímos golpes en la puerta de atrás, ah sorpresa, habían zombies en la entrada de atrás, golpearon la puerta lo suficiente como para romperla.

─Luis, Jonier, encárguense de mantener a raya a estos, cubriré la entrada trasera.

Asintieron, salté el mostrador volqué una mesa frente a mí me paré tras ella y empecé a disparar, empezaban a llegar más y más; me di cuenta que yo estaba retrocediendo poco a poco, llegó un momento en el que estaba otra vez junto a mis primos, ya los zombies nos rodeaban por ambos lados.

─Muchachos, creo que ahora si es el fin.

─Eso parece─ Respondió Luis.

─Fue un placer─ Dijo Jonier.

Cesaron los disparos, nos habíamos dado por vencidos, solo se oían gruñidos, hasta que un sonido “extraño” por así decirlo, rompió el ambiente…

The Beginning of the End©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora