El lado positivo de las cosas.

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CAPITULO 5: EL LADO POSITIVO DE LAS COSAS

Mi vida dio un giro de 180°.

Llevo tres semanas completamente encerrada en mi habitación. Jayden me pego con todo lo que tenía, dejándome completamente inútil. Ya nada era igual.

Yo tampoco tengo control de mi Jayden —me he repetido una y mil veces, respondiendo a su despedida.

"La vida sigue —dicen— pero no siempre es verdad. A veces la vida no sigue. A veces solo pasan los días"

Y así me siento, los días pasan y yo no les encuentro sentido. Las chicas están preocupadas porque no he querido hablar con ellas, ni he querido ver a Aiden. El nuevo curso de la universidad empezó hace dos semanas y no he tenido el valor suficiente para enfrentarme al mundo. A un mundo donde sé, que Jayden está, pero me evitara a toda costa.

En ese momento Olivia entro a mi habitación sin llamar a la puerta. Corrió las cortinas, sacándome de la oscuridad donde me sumí y de la que no quería salir.

—Te duchas y te arreglas, que iremos a la universidad —dijo lanzándome una mirada amenazadora.

—No quiero —respondí ocultándome bajo las sabanas.

—A mí no me importa lo que tú quieras, ya tuviste tu tiempo de duelo, es hora de hacerle frente a la situación.

—No voy a ir a ningún lado.

—Tienes una hora para estar lista... No me hagas venir por ti y sacarte de esta habitación, así sea arrastras —sin más salió de la habitación dejándome sola.

Me quede un rato acostada, contemplando el techo. Olivia tiene razón, no puedo pasarme el resto de la vida lamentando lo que pudo haber sido. Me levante de la cama, arrastrando mis pies logre llegar al baño, puse a llenar la bañera, lo que necesitaba en este momento era un baño de agua caliente. Me detuve frente al espejo, sinceramente tenía un aspecto terrible.

No me había duchado en días.

Mis ojos tenían unas profundas ojeras verdosas.

Mi cabello estaba completamente enmarañado.

Mis labios estaban secos y agrietados.

No era la misma chica de hace dos meses, que siempre tenía una sonrisa dibujada en su rostro, ahora mi mirada era triste y vacía. Mi semblante estaba apagado; Jayden me estropeo, llego a mi vida destruyendo todo a su paso y luego se fue dejándome sola a mi suerte, ahora no sé cómo unir los pedazos rotos de mi alma.

Me sumergí en el agua con la esperanza de escapar de mis penas, cerré mis ojos y apoyé mi cabeza en el borde de la bañera. Y entonces sucedió; lo mismo que me ha pasado cada vez que cierro los ojos.

«Jayden estaba allí conmigo».

Besándome.

Acariciándome.

Haciéndome suya.

Le pertenezco en cuerpo y alma; no sé cómo evitarlo, o como arrancarme este mar de sentimientos que ahogan mi pecho dejándome sin respiración.

—No quiero que te vayas.

—Nunca lo hare... Je suis à vous.

Bastardo mentiroso.

—¡Madison! ¿Estás bien? —grito Olivia al otro lado de la puerta, sacándome de mi ensimismamiento.

Rodé los ojos.

—¡Si Olivia, aun no me he suicidado! —ella a veces puede llegar a ser una verdadera molestia.

Salí del baño y Olivia estaba sentada en la cama completamente arreglada.

Jayden©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora