Advertencia: Este capítulo contiene escenas de violencia sexual y física. También actos que pueden resulta levemente perturbantes o sensibles para quien lea. Se recomienda discreción.
[Capítulo final]
Peyton Henman.
Supe que estaba embarazada hace unos días. Y creo que ha sido la peor noticia que he recibido en mi vida. Siempre he dicho que no deseo ser madre, no es algo que esté en mis planes y mucho menos si es producto de un abuso sexual.
Toda mi vida vi la violación como un tema muy lejano, que le sucedía a personas que no tenían nada que ver conmigo; hasta que me enteré que mi propia madre lo había sufrido y luego yo misma tuve que experimentarlo.
Las personas que pasan por esto son las más fuertes del planeta.
Zack evidentemente no se preocupó por mi salud reproductiva estando en cautiverio y mucho menos porque es la clase de hombre que pone mil pretextos para no usar un puto condón. Así que cuando empecé a sentirme mal, supe que no era precisamente por las condiciones precarias en que estaba.
De hecho, estaba tan mal alimentada que el hecho de quedar embarazada era… Casi milagroso.
Aun así, no lo quería.
No lo quiero.
—¿Abortar? —preguntó Zack cuando le conté que tenía síntomas de embarazo y que no quería tenerlo—. Por supuesto que no. ¿Quién te crees, niña? Es mí hijo de quien estamos hablando. No voy a dejar que lo mates.
Ese día me gané un puñetazo en la cara por solo insinuar el aborto como una alternativa, pero el egoísmo de ese señor es demasiado grande como para dejarme elegir.
Me lo ha quitado todo.
Mi familia, mis estudios, mi graduación, mi amor y mi libertad.
Y poco a poco, también me ha quitado las ganas de vivir.
¿Sería egoísta de mi parte no aguantar un poco más y solo… Desaparecer?
Creo que voy a vomitar, en serio.
No sé cómo lidiar con la culpabilidad por lo que hice en la tienda de ropa, siento como si llevara escrito en la frente la revelación de la situación y que Zack se dará cuenta.
Porque él no confía en mí, al igual que Emmily tampoco lo hace y sé que buscarán cualquier excusa para hacerme daño. Él disfruta lastimarme y ella complacerlo a él, por lo que es quien más me golpea.Termino de colocarme el vestido en la soledad de mi sótano. Intento buscar alguna otra cosa para cubrirme porque a decir verdad ya no soy tan segura con mi cuerpo como pude serlo en el pasado. Pero no hay nada, solo los malditos tacones negros que compraron para mí.
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¡Hey, Connor!
Teen FictionPeyton no es precisamente la definición de chica buena. En su pasado anduvo de boca en boca con sobrenombres denigrantes hacia su persona. A pesar de que aprendió a vivir con ello, jamás le agradó ser conocida como "La chica fácil". Nunca consideró...