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Al día siguiente, Jungkook se despertó por el calor del sol de la mañana atravesando el ventanal junto a su cama.

Sus ojos tardaron unos segundos en acostumbrarse a la luz; enfocando de a poco la enorme habitación en la que se encontraba. Su habitación.

Detalló todo de nuevo, sin poder creer aun que todo era real.

La habitación no solo era grande y espaciosa para su silla, también le proporcionaba una calma y una sensación acogedora en el pecho que casi no pudo contenerse de llorar cuando entró en la noche y vio que Jimin no solo había hecho que cada habitación tuviera despejado el camino, y que pusieran una silla eléctrica en las escaleras para que pudiera subir, sino que también le había comprado otra silla de ruedas para cuando subiera a su cuarto.

Había sido tan considerado haciendo que su cuarto quedara al frente del suyo por si necesitaba ir al baño en la noche, donde también habían agregado unas agarraderas para que pudiera sostenerse. Cosa que probablemente nunca podría hacer, pero el hecho de que las pusieran lo alegró.

Todo se sintió tan bien, hasta que una pregunta que no debería haberse hecho frotó sobre su nube de felicidad.

¿Cuánto tiempo duraría todo eso? Jimin le había propuesto vivir juntos, sí, pero, ¿por cuánto tiempo? ¿Cuándo su lástima por un inválido con el que se accidentó se acabaría para arrebatarle todo de nuevo?

Cuando confió en que todo iría bien y que su vida estaba tomando un rumbo mejor, todo se derrumbó frente a sus ojos. No sólo la vida le había arrebatado la oportunidad de tener una familia, también le había quitado toda posibilidad de intentar salir adelante.

Jimin se cansaría más temprano que tarde, y no había nada que un inválido como Jungkook pudiera ofrecerle a cambio para que eso no sucediera.

Así que, intentar fastidiar las cosas antes de acostumbrarse a todo era la mejor opción en su situación, ¿verdad?

Stand by me ─ Kookmin AuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora