Capitulo IV *¡Tengo un amigo!*

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Un balcón... Mucha gente... Hospital...

Nuevamente algo golpeó mi cabeza, desperté aturdida, la noche estaba estrellada, vi mi celular, 2:50am, estaba confundida pero me sentía tranquila.

-¿Hoy no te lanzas?

Volteé, era Aegan, me levanté rápidamente y me acerqué hacia el lateral derecho de mi balcón,

-¡Aegan!

-¿Hoy no estás sonámbula?

-No...Yo...

-¿Tampoco te quieres lanzar?

-¡No!...

-Osea que ¿Ya dejaste el uso de drogas?

-¡Yo no me drogo!

-Bien, entonces iré a dormir.

-¡No, espera!

Me ignoró, nuevamente se adentró en su casa y yo me quedaba parada contemplando al cielo aquí, al pie de mi balcón, no quería dormir, tenía más preguntas que en la noche anterior, preguntas que no lograba resolver, encontrar respuestas en mi mente era como encontrar la aguja en un pajar, no podría resolver nunca mis enigmas, jamás podría estar del todo bien, pienso que si mi padre estuviese aquí conmigo, nada de esto hubiera pasado, me parece más intrigante el saber el porqué de mis dolores de cabeza, náuseas y mareos que me san, cada que intente recordar o pensar en todo esto que me aturde, el cielo estrellado y la luna perfectamente localizada justo al centro del firmamento, nuevamente tocaban en orquesta su clásica sinfonía tintineante que me hipnotiza, tal vez así suene realmente el brillo de las estrellas, o mi perturbada imaginación del alma de un artista, al cual le prohibieron expresarse, me perseguía con sus destellos de creatividad. Despierto de aquel hipnótico trance, un mensaje en mi celular.

-Josephe: Lamento la hora Moon, ¿Mañana irás a la prepa?

-Sarah: Descuida, si iré ¿por?

-Josephe: ¿Caminamos juntos a la prepa mañana?

-Sarah: ¡Claro!

-Josephe: ¡Vale!, te veré mañana en la esquina de tu cuadra.

-Sarah: ¡Esta bien!

Me dio alegría saber que no iría con mi madre en el auto y que llegaría acompañada a la preparatoria, coloqué mi alarma esta vez para evitar quedarme dormida, observé hacia el balcón de Aegan, suspiré y entré a mi habitación, primer vez que me sentía tranquila para dormir, aunque aún tenía muchas preguntas sobre Aegan, me sentía bastante tranquila de ir con Josephe a la prepa.

Luz de luna... Tan blanca...

Sonó mi alarma, desperté y me sentía desanimada, me arropaba una infinita nostalgia que aumentaba en mí el gran vacío que lleva mi alma, fui a alistarme y bajé para preparar el desayuno.

-¡Por fin te levantas temprano!

No contesté, solo seguí cocinando ignorando la sarcástica voz de mi madre.

-Hoy tienes que recoger a April, les dejaré dinero extra para que compren para la cena, el almuerzo y las meriendas.

-¿Vas a una noche de trabajo o a una cita vacacional?

-¡Mi trabajo es el sustento de esta casa, así que guarda tus palabras!

Por cada instante que pasaba, sentía cada vez más y más que mi madre en lugar de ser mi aliada se convertía en un horrible monstruo que solo quería destruir lo poco que quedaba de esta familia. Terminé el desayuno y lo empaqué en una bolsa para comerlo camino a la prepa, aunque aún era temprano, no pensaba desayunar con mi madre.

Aquí al Pie de mi BalcónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora