Capítulo X *La verdad a la luz*

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Escuché las sirenas de la ambulancia, pero, por alguna razón yo no podía despertarme, comencé a ver otro panorama, estaba en la ciudad, en mi antigua preparatoria, me había trasladado a ese lugar, era cálido, sentía el calor de hogar, escuchaba el timbre que indicaba la salida, mi padre debía estar afuera esperándome en su auto para llevarme al auditorio, salí de la prepa, vi a mi padre parado al lado de su auto del otro lado de la calle, escuché mi celular, sonaba con insistencia, sabía que estaba en mi bolso, me quité el bolso, lo abrí, había un desastre, entre mis cosas no conseguía mi celular, baje la acera para cruzar a donde estaba mi padre, conseguí mi celular y se me cayó al suelo, me agaché para recogerlo, cuando de repente escuché una corneta, el ruido me aturdió y paralizó, volteé y unas luces me cegaron, me levanté, escuché un frenazo, sentí un fuerte golpe, mi cabeza pegó de la acera dejando mi visión en negra, escuchaba la multitud gritar, poco entendía lo que decían, mi visión se aclaró, borrosamente visualicé a mucha gente en medio de la calle, a mi alrededor unas cuatro personas ayudaban a levantarme, vi a un hombre alto, blanco de cabello oscuro montarse en su elegante camioneta y alejarse a máxima velocidad, entendí que el camioneta no me había impactado a mí, ¿A quién había impactado?, mareada me levanté con ayuda de las personas que me rodeaban, aunque nunca pude ver quiénes eran, caminé hacia la multitud, me abrí paso entre la gente y al llegar lo vi... Allí tendido en el suelo de la calle, tenía mucha sangre y estaba inconsciente, lo vi, yo lo vi, era mi padre quien estaba allí tendido, me había empujado para que lo atropellaran en mi lugar, la ambulancia se hacía paso entre la gente, yo no podía reaccionar, subí con mi padre, escuchaba su pulso disminuir en el marcador, pero poco a poco más lento, cada vez menos, cada vez...

-¡Doctora, Doctora, está despertando!

Una luz blanca golpeaba mis parpados, levemente trataba de abrir los ojos y enfocar de nuevo mi vista.

-Sarah, Sarah...

Una voz decía mi nombre, aunque aún no distinguía quién me hablaba, aún escuchaba el marcador, por fin mi vista se enfocó, estaba en un cuarto de hospital lo que oía era mi propio pulso, no comprendía que hacía allí.

-Sarah ¿Puedes decirme tu apellido?

-Gloss... Glossmoon... ¿Qué hago aquí?

--Tuviste un shock emocional fuerte que te dejó inconsciente.

-¿Cuánto tiempo he estado aquí?

-Tres días.

-¿Tres días?...

-Sí, avisaremos a tu madre que despertaste.

-Bueno.

-¿Necesitas algo?

-Sí, mi teléfono.

-Tu madre lo traerá.

-Gracias.

Había estado inconsciente tres días, comencé a recordar lo que había pasado, había comenzado a escuchar muchas voces llamarme, mi cabeza había comenzado a doler, corrí tratando de buscar una salida del bosque, me mareé, tropecé con unas ramas, caí por una pequeña colina, recuerdo escuchar las sirenas de la ambulancia, y luego... Mi padre...

Abrieron la puerta de la habitación donde me encontraba, entraba mi madre junto a la enfermera que me había atendido apenas desperté y junto a la doctora que me dijo cuanto tiempo había estado allí.

-Doctora Starlax su hija despertó, necesita reposo, puede hablarle, le daremos su espacio.

-Gracias Doctora Salneu.

La doctora y la enfermera me dejaron sola con mi madre en la habitación.

-Hola hija...

-Hola...

Aquí al Pie de mi BalcónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora