Capitulo IX *Confesiones*

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  Quedé sin decir nada, Aegan se dio media vuelta para irse y fui tras de él.

-¿Qué quieres?

-Acompañarte...

-Iré al lago lo siento.

-¡Quiero ir!

-No.

-Aiñ....

Aegan se alejó hasta que su silueta se perdiera ante mis ojos, me senté en los escalones abrazando mis rodillas raspadas por la caída, aún llevaba puesto el suéter de Aegan, la tarde caía aunque ese día no había sol, el clima era frío, el cielo era gris, el día era tenue y deprimente, a pesar del clima lluvioso de ese día, para mí era sereno y calmante, el suéter era cálido y olía mucho a un perfume que había olido antes, cerré mis ojos por unos momentos y sin darme cuenta me dormí por unos minutos.

-Amor ¿Crees que deba comprarme este perfume?

-No lo sé cielo.

-Ven acá mi pequeña, ¿Quieres que papi compre este perfume?

Desperté al escuchar que alguien me llamaba.

-¡Sarah!

-¿Eh?

-¡Sarah!

Cuando mi vista se enfocó pude ver quien me llamaba, desde un elegante auto una chica me llamaba.

-¿Megan?

-¡Hola Sarah! ¿Necesitas que te lleve a casa?

Asentí con la cabeza y ella me indicó que subiera al auto, me subí en la parte trasera junto con Shion, Megan iba sentada en el copiloto y aun no veía quién era el chófer.

-Papi, Sarah es una amiga de la prepa, es quien ayudó a los niños maltratados del Garden.

Cuando el chófer se giró a mirarme, la ira corrió por mi cuerpo, como cuando se extienden los rayos de un Catatumbo en el cielo, el hombre extiende su mano hacia mí y sonriendo de una forma sínica, me dirige la palabra.

-Mucho gusto señorita Sarah, es un placer conocerla, soy Thomas Jonas.

Por unos segundos sentí una enorme impotencia, combinada con un infinito orgullo, planeaba dejarle la mano extendida, pero volteé a ver a Megan, y solo al verla, por un instinto automático, le di la mano, no quise decir nada en respuesta a lo que ellos hablaban, me preguntaron hacia donde quedaba mi casa, y moría de ganas de decirle al Doctor Jonas que si no sabía dónde vivía mi madre, al llegar a casa me bajé del auto y me despedía de Megan cuando el doctor Thomas me llama para "agradecerme" lo que hice por Shion y los niños del Garden.

-Señorita Sarah.

Me acerqué y tomó mis manos en señal de "agradecimiento"

-Estoy agradecido con usted por lo que hizo por mi hijo Shion.

Presionando mis manos con más fuerza y bajando la voz susurró.

-Si le dices a Raquel que tengo dos hijos, conocerás mi lado negativo que oculto de las personas.

Volviendo a subir la voz, habló.

-¡Mil gracias señorita!

-Tsh.

-¡Sarah ten! Es mi número, cualquier cosa puedes escribirme.

-Gracias Megan, adiós.

Subiendo ambos al auto se fueron, saqué mi teléfono, 6:30 pm marcaba la hora de mí celular, quizás Aegan aún estaba en el lago, miré el auto de mi madre, ya estaba en casa, no quería entrar, sentía el coraje corriendo por mi piel, así que sin pensar en nada, corrí hacia el bosque, oía cantíos de una que otra avecilla que aún no se refugiaba en su nido, veía los celajes de uno que otro murciélago que ya comenzaban volar, era media hora de camino entre la densa boscosidad hasta llegar al lago, o al menos esa cantidad de tiempo me demoré yo, tal vez porque me perdí entre oscuridad y los árboles, saqué mi teléfono, 1% de batería, 7:00 pm, última vez que vi la hora, hasta que el teléfono se apagó.

Aquí al Pie de mi BalcónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora