Llegamos a la pizzería, como toda tienda de comidas rápidas, puedes ver desde afuera a la gente que se encuentra adentro comiendo o esperando sus órdenes, al acercarnos aunque yo no me había percatado, April lo había hecho.
-¡Mami, mami!
-¿Mami?
-¡Sí, mami, mami, allá!
Al prestar total atención a las personas que estaban adentro, vi a mi madre muy tranquila comiéndose una pizza y siendo muy cariñosa con el doctorcito Thomás ese.
-¡April has silencio!
-Pero mami...
-¡Silencio!
-¿Sarah qué pasa?
-Mi madre dijo que estaría de turno completo en el hospital porque un paciente de psiquiatría necesitaba atención especial.
-¿Y esa es tu madre?
-Sí...
-¿Y quién es él?
-"Supuesto compañero de trabajo"
-Entiendo...
Le tomé un par de fotos con mi celular y decidí llamarle a su teléfono a ver con cuantas mentiras más salía.
-¿Hola?
-¡Hola hija!, ¿Estás bien?, ¿April está bien?, supe lo del jardín, pero no había tenido tiempo para llamar, estaba preocupada, me alegra saber que tú eres muy inteligente y protegiste a tu hermana y a los otros niños.
-¿No tuviste tiempo?
-No, el paciente debo vigilarlo hasta que mañana llegue la orden de traslado a un reclusorio psiquiátrico en la ciudad.
-¡Ok, bien!, hablamos mañana.
-¡Vale hija!
Terminé la llamada y vi como mi madre apagaba el celular y seguía seduciendo al doctor Thomas.
-Sarah ¿Te gustaría cenar en mi casa?
-¿Tu casa?
-¡Sí!, mi madre haría pastel de carne y puré de manzanas para cenar.
-¡Vale!
Fuimos todos a casa de Josephe para cenar.
-¡Hola madre llegué!
-¡Hola hijo la cena está lista, lávate las manos para cenar!
-¡Vale!, ven acompáñame.
Fuimos a lavarnos las manos y Josephe nos llevó al comedor.
-Ma' ella es Sarah, la chica de la que te hablé.
-¡Hola linda! ¿Y este angelito es?
-April, mi hermanita.
-¡Eres tan preciosa como tu hermana!
-¡Gracias!
-Sarah, ellos son Alexandrier y Lissiah, mis hermanitos menores.
-¡Eres preciosa! ¿Quieres ser mi novia?
-¡Alexandrier!
-Perdón mamá.
-Descuide señora madre de Josephe.
-¡Oh, no linda! Dime Atenea.
-¡Que hermoso nombre! Como la diosa griega.
-Sí, gracias.
La señora Atenea sirvió la mesa y comimos todos juntos, bromeamos un rato y compartimos como si fuésemos una familia, extrañaba sentir el calor de hogar, esa sensación de familia que hace mucho había perdido, luego de cenar y compartir un rato nos despedimos.
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Aquí al Pie de mi Balcón
De TodoSarah es una chica de 18 años, que llega a un pueblo con su madre y hermana después de la muerte de su padre, con el pasar de los días se percata que el tiempo en dicho pueblo no transcurre de manera habitual, convirtiéndose su mente en su peor enem...