Ti... Ti... Ti...
Miro la luna, siento como si estoy ahogada, flotando en las profundidades de una marea negra donde el oxígeno está limitado y hacen que mis pulmones se retuerzan, la luna resplandeciente se acerca a mí, desenfocando mi vista, solo siento que floto, floto... Floto...
-¡Doctor, doctor, está despertando!
¡Pa, pa, pa, pa!...
A lo lejos escucho unos pasos correr, pasos que con insistencia se acercan cada vez más, abro mis ojos lentamente para poder ver la luminiscencia blanca que proyecta una lámpara redonda justo en el techo arriba de mí, aún mi vista trataba de enfocarse cuando escucho que entran en mi habitación un hombre y una mujer vestidos de blanco, detrás de ellos se ve entrar a otra mujer, puedo reconocer por las siluetas, pero el desenfoque de mis ojos me impide distinguir por algunos minutos quienes eran, o donde estaba, pensando y tratando de recordar, creí que estaba muerta, al menos sentí lo que era estar cerca de estarlo, la misma sensación agobiante... ¿Lo habrá sentido mi padre?
-¡Estabilicen su oxígeno, pónganle mascarilla!
Mi vista comienza a aclararse, no reconozco a la mujer que está sobre mí, tiene un aspecto cansado, es una enfermera de unos 30 años de edad, cabello opaco atado a una cola de caballo, sus manos son más frías que los artefactos que está colocando sobre mí, cuando de la nada aparece sobre mí el rostro que menos quería visualizar.
-¿Cuál es tu nombre?
Me dice, alumbrándome los ojos con una molesta linterna que me impide volver a ver.
-¿Cómo te atreves a mostrar tu cara frente a mí?
-¡Sarah!
La voz de mi madre suena de fondo detrás de la enfermera y el desgraciado del doctor Thomás que impiden mi vista al resto de la habitación.
-¿Qué haces aquí?, ¿Cómo te atreves?, ¡Tú mataste a mi padre!
-Hija, ¿De qué estás hablando?
Los ojos celestes exageradamente abiertos por fin aparecen frente a mí, la mirada desconcertada de mi madre se clavó en mis ojos.
-¡Asesinos!
Grité con todas mis fuerzas mientras mi voz soltaba el quejido de un llanto ahogado.
-¿Doctor?
-Creo que está padeciendo un ataque alucinógeno de esquizofrenia.
-¡No soy esquizofrénica!, ¡Ustedes mataron a mi padre!
Un silencio invadió la habitación, vi a mi madre salir por la blanca puerta de madera pintada, la enfermera ajustó mi oxígeno y pasando la mano por mi cabello preguntó.
-¿Cuál es tu nombre cariño?, Yo me llamo Samantha.
-Tsh... Sarah...
-¿Sarah...?
-Glossmoon, Sarah Glossmoon, como el brillo de la luna.
La enfermera soltó una mirada preocupada al doctor que volteó a verla cuando escuchó mi respuesta, de la nada nuevamente las puertas de la habitación se abrían, entraba mi madre con un semblante angustiado, no me había percatado de las enormes ojeras en su rostro, parecía no haber dormido bien en meses, de pronto pensé "¡Demonios! ¿Cuánto tiempo llevo aquí?" detrás de ella la figura robusta de un hombre alto y despeinado cerraba la puerta tras de sí, me tomó solo un segundo reconocerlo, mi respiración se cortó, era mi padre...
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Aquí al Pie de mi Balcón
РазноеSarah es una chica de 18 años, que llega a un pueblo con su madre y hermana después de la muerte de su padre, con el pasar de los días se percata que el tiempo en dicho pueblo no transcurre de manera habitual, convirtiéndose su mente en su peor enem...