Capitulo XIII Meditación *Aquí al pie de mi Balcón*

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  Mi padre me llevó a la preparatoria, tenía el corazón en la garganta y una terrible sensación de extrañez que me hacía sentirme ajena a este nuevo mundo, que realmente, siempre fue el mundo en el que viví, aprovecho a meditar sobre lo que pasé durante la coma, era una vida que lejana a mí la hice tan mía, que siendo tan atormentada entre la tormenta de mi mente, por fin había encontrado aquel farol que indicaba el fin de mis tormentas, y que lo vi apagarse bajo un cielo minado de estrellas entre aturdidoras sirenas luminiscentes que encandilaban mi vista y acortaban mi respiración, mientras lo veía a él en esa camilla con bajos niveles de oxígeno, aferrándose a una vida que ahora descubro que solo existía en mi mente, un ardor en mi pecho sube por mi garganta hasta mi rostro y por extraña pero entendible razón se nublan mis ojos, acababa de volver a la realidad, y en esta realidad no estaba él, ahora comprendí que preferiría volver a dormir y soñar que él existe, a que despertar y saber que él no está, quisiera que mi terrible imaginación mostrara ante mí su vivida imagen por tan solo segundos, para poder decirle que lo siento... Para poder decirle que lo siento...

-Sarah, hija, ¿Estás bien?

Miro por la ventana del automóvil un enorme edificio de concreto firme e imponente, totalmente opuesto al hermoso laberinto de salones de ladrillos perfectamente decorado con delicadas y meticulosamente cuidadas flores silvestres, asiento a la pregunta de mi padre mientras trato de tragar lo suficiente para regresar el corazón de mi garganta a su lugar, tomo mi bolso y antes de adentrarme a aquella fortaleza que se encontraba frente a mí, doy una última mirada que transmitía agradecimiento y un posible grito de auxilio a mi padre, como era de esperarme, este se dio cuenta de mi indirecta petición de ayuda, acercándose a mí me dio un fuerte abrazo, al soltarme y aún con sus gruesas y velludas manos en mis hombros, pude darme cuenta que sus ojos se cristalizaban, al pasar de unos segundos por fin exclamó.

-Agradezco que estés viva.

-Yo agradezco que tú lo estés.

El silencio que se avecinaba abriendo paso a un sentimental e incómodo momento, fue interrumpido por el fuerte ruido del timbre que anunciaba que las clases estaban por iniciar, me despedí de mi padre y entre una marea de estudiantes ingrese a la prepa, vi mis primeras clases del día, siendo amiga de Marte había olvidado la terrible soledad de mi vida estudiantil que trataba de llenar con infinitas ocupaciones y clases extras fuera del colegio, entre conciertos y largas tardes de cifrados obviaba el hecho de no tener amigos, dentro del coma cree una realidad que quizás era el deseo más profundo y olvidado dentro mí, ser una adolescente normal, mi padre habría prometido junto con mi madre a la preparatoria que yo cantaría en el Festival Final con tal de aprobar ese año, así que debía dirigirme a la sala de música, varios estudiantes me miraban como si de ver a un fantasma se tratase, supuse que era porque mi madre había hecho público mi accidente, intenté no sentirme incómoda con sus indisimuladas miradas, al entras a clases el profesor de artes, sentí que mi piel se había empalidecido, era el profesor de música del sueño de mi coma, recordé lo estricto que era el profesor de artes, y, ahora analizando que durante la coma soñé lo que anhelaba, el recuerdo de su carácter se transformó en una distorsión de su personalidad a una persona bastante extraña, sonreí y no le di importancia, la clase comenzó.

-Buenas tardes estudiantes, como ya habrán notado, la estudiante Sarah Moon venció el coma y nos acompañará, por un acuerdo con sus padres, ella cantará en el Festival Final como solista principal.

Al terminar la clase, recogí mis cosas lista para irme a casa, salí de la sala de música y mientras caminaba por los pasillos tratando de no sentirme extraña a los demás, una chica me hizo tropezar y caer, al tratar de levantarme escuché una voz masculina que surgió de la nada, pero tan acogedoramente familiar, sentía que conocía esa voz.

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