Yesterday.

Extra I - Hailey y Kyle

Hailey tenía diecisiete años, y nunca sufrió acerca de nada, tuvo una infancia feliz, sus papás siempre le habían dado todo, económico y sentimentalmente, sus tres hermanos y ella eran felices, siempre lo fueron, hasta ese momento en el que estaba llorando, y todo por un Alfa.

Kyle y ella habían crecido juntos y como familia, pero no lo eran y el tonto, no lo entendía, el día anterior lo había visto con un omega besándose, enfrente de ella, y nunca se había sentido tan furiosa, quería meterse entre ellos para separarlos.

Azotó  la puerta de su locker, y el Alfa dio un brinco, la vio, pero ella dio la vuelta y camino hacía la salida de la escuela, con un Kyle detrás de ella pidiéndole que se detuviera, no le hizo caso, se subió en el auto que su papá le regalo en su cumpleaños (el cual había causado una pequeña discusión entre sus papás) y salió rumbo a su casa. 

Al llegar no había nadie, sus padres estaban trabajando y sus hermanos en la escuela, se recostó sobre su cama y comenzó a llorar, y es que desde que tenía memoria estaba enamorada de Kyle, pero él de ella no, siempre fue protector y atento, pero jamás insinuó nada acerca de algo sentimental, la veía como su pequeña prima, estaba tan jodida, su celular vibró y era un mensaje de él.

— ¿Podemos hablar?

Lo leyó y bloqueo el celular, cerro los ojos, para quedarse dormida, así podía escapar un poco de la realidad.

No supo cuánto tiempo pasó, y ni en qué momento estaba con la luz apagada y una manta sobre ella, sonrió, había sido su papá, olía a él la habitación, aún después de tantos años seguía marcándola con su olor para que pudiera dormir mejor, era la única niña de su familia y ella sabía que era la consentida de su papá, aunque sus hermanos no lo supieran, ella si.

Tocaron la puerta.

— Hai Hai — escucho la voz de su mami — ¿puedo pasar, amor?

— Pasa, mami — le hablo dulcemente, como siempre le hablaba a Harry.

— Hola princesa — le sonrió y se sentó sobre su cama — ¿Cómo te sientes?

Hizo una mueca y suspiró.

— Un poco triste — se acercó hacía él y se acurrucó — Kyle, tiene novio.

— Ya veo — acarició el cabello rizado de su ya no tan pequeña — Y eso malo... ¿por qué?

— Mamá... — volteo a verlo con sus grandes ojos azules — tú sabes porque.

— Mh, no, realmente no sé porque — se hizo el desentendido, lo sabía, claro que lo sabía, Hailey y Kyle están enamorados y los únicos que no se daban cuenta eran ellos dos

— Me gusta, es evidente — suspiro — pero él solo me ve como su pequeña prima.

— De hecho no es así, amor, cualquiera que tenga ojos se da cuenta que ese muchacho está enamorado de ti. — le sonrió, mientras su hija fruncía el ceño — incluso tu padre ha gruñido por eso más de una vez. — rio entre dientes.

— ¿Y entonces, por qué tiene novio? — gruñó bajito.

— Porque ambos son tontos — sonrió — ¿o acaso ya le dijiste qué sientes por él ?

— No, porque me da pena y si me rechaza sería la peor vergüenza de mi vida

— Te voy a dar un consejo — acarició su bonita cara — díselo, habla siempre con la verdad y de frente, si te gusta díselo y si te rechaza, lo vas a superar, pero si no lo dices y vives con el que hubiera sido, te vas a arrepentir. — beso su mejilla y se levantó — Por cierto la cena está lista, tus hermanos y tu papá están esperándote.