Capítulo ocho.

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El camino a mi casa fue muy silencioso. Justin había apagado la radio al entrar en el coche así que el silencio era lo único que se presenciaba dentro del coche. El vehículo se detuvo en la puerta de mi casa, bajé rapidamente y cerré la puerta. Justin hizo lo mismo. Seguía llevando su capucha y sus gafas de sol puestas. Caminamos hasta la puerta principal por el camino de grava. Una vez en ella, la abrí.

-¿Quieres pasar y tomarte algo? -Señalé el interior de la casa.

Justin negó.

-Tengo que irme. ¿Nos vemos el sábado en el partido?

Dude. Se estaba comportando de una manera diferente a como él se había comportado las otras veces Comprendía que le jodía el tema de los paparazzis, pero no me gustaba que estuviera seco, al menos, podía disimularlo, como yo lo intentaba hacer.

-No lo sé. -Me encogí de hombros.

-Igualmente le di una entrada para ti a tu padre. -Se bajó la capucha, peinó su pelo y se la volvió a colocar.

Asentí lentamente. Justin sacudió su mano en forma de despedida y regresó a su coche por el camino en el que minutos antes había pasado para llegar a la puerta. Se subió después de mirar a todos lados y desapareció de mi vista.

Suspirando, entré en casa. Cerré la puerta con el pie, sin ganas. Fui directa a mi habitación a encerrarme.

-¿Nereida? -Unos golpecitos en la puerta me sacaron de los brazos de Morfeo.

Gruñí en forma de respuesta y le dí la espalda a la puerta. Ésta, se abrió chirriando y unas pisadas me advirtieron de que la persona ahora estaba dentro de mi habitación.

-Quien quiera que sea, que se vaya ahora mismo. Quiero seguir durmiendo. -Escondí mi cabeza debajo de la almohada.

-¿No vienes al partido? -Preguntó mi padre.

La cama se hundió a mi lado. Negué rotundamente. Por lo visto me había quedado dormida mientras leía.

-¿Ya es sábado? -Murmuré.

-Joder, ni que hubieras estado durante días. -Rió.- ¿Vienes o no? Falta media hora para el partido.

Me senté en la cama desperezandome. Ya no iba a dormir así que ya era de levantarme. Le miré: llevaba toda la equipación puesta, estaba listo para irse.

-Ve tú, si tal cojo el bus de las 20:30 y voy.

-El partido empieza a las 8.

-Lo veré por la mitad, no pasa nada. No me apetece nada ir, pero almenos me pasaré por allí para despedirme de Justin y desearle un buen viaje.

Él asintió y se levantó de la cama. Se dirigió a la puerta, pero antes de que la puerta se cerrara, le detuve.

-Papá.

-Dime, cielo. -Sus ojos se conectaron con los míos.

-Si no aparezco por allí, dile a Justin que tenga un buen viaje.

Game Over. {Justin Bieber}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora