Capítulo trece.

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Abrí la ventana con cuidado. La única luz que alumbraba la habitación era la de la luna y no es que ayudara demasiado. Pasé una pierna por la ventana sujetandome bien. No quería caerme ya que estaba demasiado alto para ser un segundo piso. Pasé la otra pierna con cuidad quedandome sentada en ella. Una figura saltó la valla que separaba las casas y corrió hasta la casa quedando justo debajo de mi.


-Salta. -Susuró.


Negué, tragando saliva.


-No puedo. -Susurré también.

-Voy a cogerte, no te preocupes. Confía en mi.


Cerré los ojos fuertemente. Fui arrastrandome hacia delante poco a poco hasta llegar al punto de que mi culo no estaba casi sentando en el alféizar. Mi cuerpo calló rapidamente hacia abajo. Sus fuertes brazos me atraparon fuertemente no dejando que mi cuerpo se estrellara contra el suelo. Me aferré a su cuello.


-Que valiente has sido. -Susurró sobre mi oído.

-Hijo de tu madre, ami no me ha molado nada. -Golpeé su pecho con mi puño.


El ojmiel acarició su pecho.


-Oye, eso ha dolido. -Fingió dolor.

-Si pego más flojo que las cucarachas. -Reí bajandome de sus brazos.


Me alisé la camiseta que se me había arrubado al saltar y bajé mis pitillos ya que los puños se habían subido por mis piernas. Cerré la chaqueta y observé detenidamente a Justin: jeans amarillos, supras blancas, camiseta blancas y camisa de gris y negro abierta sobre la camiseta. Una placa plateada colgaba de su cuello y golpeaba en su pecho suavemente.


-Joder, que guapo que estás. -Agarré su mano acercandome a sus labios para besarlos.

-Tú también, cielo. -Sus labios se juntaron con los míos en un rápido pico. -Tenemos que irnos, mi madre nos está esperando en casa.



Cuando llegamos a su casa nos encontramos con Pattie, su madre, sentada en el sofá leyendo una revista. En cuanto nos vió, se levantó del sofá rapidamente dejando la revista de moda sobre éste y caminó hacia nosotros.


-No sabes cuando me alegra conocerte porfin. -Dijo apretandome en sus brazos.

-¡Mamá! ¡Me la vas a ahogar! -Se quejó su hijo.


Me agarró de los hombros suavemente y me separó de su madre. Me fijé en ella, en sus ojos azules y en su pelo castaño callendo sobre sus hombros. Llevaba unos vaqueros ajustados negros y una simple blusa turquesa.


-Lo mismo digo, Pattie. -Sonreí. -Y siento que hayamos tenido que quedar a estas horas. Como Justin te ha dicho estoy castigada y no podía perder la oportunidad de conocerte.

-Oh, que maja. -Rió escandalosamente. Pero no era una de esas risas desagradables. -Vamos, quiero enseñaros algo.


Ella agarró su bolso y sus cosas y salimos detrás de ella de la casa. Justin y su madre se sentaron delante en el coche mientras que yo me senté en el asiento de en medio. Durante el camino Pattie me estuvo contando que su ex marido les dejó cuando Justin era muy pequeño y había vuelto cuando se enteró de que era uno de los mejores jugadores de fútbol. Ellos sabían que lo que buscaba era dinero pero Justin concretó de que lo necesitaba porque al fin y al cabo, era su padre. También me contaron que el ojimiel tenía dos hermanos pequeños: Jazzy y Jaxon.

Game Over. {Justin Bieber}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora