Capítulo dieciocho.

511 39 5
                                        

Ed me siguió como un perrito faldero por los pasillos hasta las siguientes clases. Él llegó a alguna que otra tarde por venir hasta la que me tocaba ami, si, por suerte nos había tocado clases diferentes. Iba a tener que aguantarle todo el maldito tiempo y no me molaba nada.

Salí del gran edificio y bajé sus largas escaleras hasta llegar a la entrada. El aparcamiento estaba abarrotado. Era increíble cuanta gente podía conducir. Y yo no podía porque mis padres seguían sin dejarme conducir. ¿Para qué mierda me había sacado el carnet de conducir entonces?    


-¿Vas sola bonita? -Ed se encontraba a mi lado con su arrogante sonrisa otra vez en su maldita cara. ¿No entendía qué quería que me dejara en paz? 


Me alcé sobre la puntas de mis pies buscando con la mirada a Justin. Él dijo que iba a estar por aquí a la hora de mi salida. Quizás habría mucho tráfico o cualquier inconveniente. 


-¿No tienes algún lugar al qué ir? -Volteé los ojos después de decir esto y volví a colocarme sobre mis pies. 

-La verdad es que tengo que ir a casa, pero si tengo que acompañarte a alguna parte, encantado. -Lo vi encogerse de hombros por el rabillo de mis ojos.   


Respiré profundamente intentando tranquilizarme. Juro por mi vida que estaba controlandome por no pegarle una cachetada. Ganas no me faltaban.

Decidí buscar el coche de Justin por el aparcamiento. Había demasiada gente delante de mi campo de visión y no conseguía distinguir nada. Ed me siguió. Estaba empezando a cansarme. Divisé a Justin a los lejos apoyado en el capó de su coche. La puerta se encontraba abierta. Sonreí ampliamente y lo celebré mentalmente: ya no tendría que aguantar a Ed hasta mañana. El cabello de Justin era revoloteado por la pequeña brisa del mediodía, sus ojos miraban directamente a cualquier parte. Sus labios en una suave línea recta y sus brazos cruzados sobre su pecho. Se encontraba tan malditamente sexy.  


-Lo siento, ya tengo a alguien quien me acompañe. -Sonreí inconscientemente. - Ya puedes desaparecer. -Moví una mano con desdén. 


Caminé lentamente hacia Justin. Éste alzó los ojos hacía mi cuando ya estaba a dos pasos de su cuerpo. Su sonrisa apareció en su rostro inmediatamente, sus brazos me rodearon y sus labios se chocaron con los míos. Un carraspeó hizo que nos alejaramos a regañadientes. Yo ya sabía a la perfección quien era: Ed.  


-¿Perdona? ¿Quién eres? -Justin dijo con cierto deje de confusión. 

-Ed, encantando. -Mi nuevo compañero de clase estiró la mano ofreciendosela a mi chico. -Compañero de mesa de Nereida. 


Miré sus manos apretadas con cierta repugnancia. ¿Porqué tenía que ser tan pesado? Como siga así voy a quejarme al profesor por sentarnos juntos. Y si él no me hacía caso iba directa al director. Esto no lo podría aguantar durante mucho tiempo.  


-Ed, nos vemos mañana, ¿vale? -Dije rápidamente notando como a Justin no le gustaba ni un pelo este chico. ¡No me extrañaba! Ami tampoco me gustaba.


Ed asintió gustoso y desapareció después de despedirse de nosotros, otra vez. Suspiré lentamente cuando por fin caí en el asiento del copiloto y pude recostarme en él, acomodándome.

Game Over. {Justin Bieber}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora