Capítulo veintiocho.

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AVISO IMPORTANTE: leer la nota del final, por favor. Es importante.



Recogí toda la ropa que se encontraba tirada por toda la habitación. Justin se había vuelto un desordenado con el tema de que tenía que viajar para el mundial que se acercaba. Él estaba tan entusiasmado y a la vez tan triste. Él viajaría mientras que yo me quedaría aquí, estudiando. No podía dejar mis estudios y él podía estudiar con algún profesor particular que contratase.

La puerta principal sonó fuertemente avisándome de que Pattie había llegado. Hice una bola con la ropa que tenía en la mano, entré en el baño para meterla en la ropa sucia y bajé corriendo a toda velocidad.


-Buenos días, Pattie.- Exclamé.


Ella giró sobre sus talones para mirarme. Su sonrisa se amplió.


-Buenos días, Nereida. Que alegría verte por aquí.


Reí.


-Ayer me quedé a dormir y he aprovechado para recogerle un poco la habitación a su hijo. Desde que se está preparando para irse no recoge nada.


Pattie negó.


-Este chico, no sé que hacer con él.

-No te quejes, siempre ha recogido sus cosas. Creo que son los nervios lo que lo tienen las 24 horas del día nervioso y dando saltos por la casa.


Pattie y yo reímos.


-Me da pena que se vaya. -Confesé.

-Lo sé, cielo. A todos nos da pena. Pero iremos a verle en algunos partidos, no te preocupes.


No lo hacía realmente. Lo que me preocupaba era que se fuera con Jeremy. Él había insistido en viajar con su hijo para pasar tiempo con él. A Justin no le pareció buena idea pero aceptó. No le quedaba otra.

Había llegado a pensar que no dejaban a Justin elegir que era o no lo que quería. Jeremy no comprendía que su hijo no quería pasar tiempo con él. Parecía como si quisiera fastidiarle. Realmente no sabemos si de verdad quiere o no pasar tiempo con su hijo. Tampoco sabemos cuales son sus intenciones.




Salí de la casa de Justin justo cuando estaba anocheciendo. Él me siguió por el camino de grava de su casa hasta mi coche. En su pierna ya no tenía la venda y caminaba perfectamente si muletas. Estaba haciendo un entrenamiento leve todos los días, para no hacerse daño de nuevo. Me apoyé en la puerta de mi coche y le sonreí.


-No me puedo creer que te vayas mañana.

-Tranquila cielo -agarró mis manos y me pegó a él- nos vamos a ver en unas semanas.


Asentí como una niña pequeña e inocente. Justin se rió de mi y empezamos a pegarnos de broma mientras que nos insultábamos. No me di ni cuenta de que sus labios habían encontrado los míos y se movían despacio, sin apuro. Sus manos viajaron a mis muslos para auparme y poder engancharme en su cintura. Rodeé su cuello con mis brazos pegándolo ami. Nos separamos por falta de aire, pero en cuanto cogimos una bocanada de aire, volvimos a unirnos. Me bajé de la cintura de Justin, di un paso hacia delante haciendo que él lo diera hacia detrás para poder tener acceso a la puerta trasera del coche. La abrí y fue Justin quien hizo el siguiente movimiento y me metió dentro del coche. Mi espalda se acomodó en los asientos traseros mientras que Justin colocaba sus piernas a cada lado de mi cuerpo y se tumbaba lentamente encima de mi. Me encantaba su delicadeza.

Game Over. {Justin Bieber}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora